La abolición del trabajo infantil y la protección de los niños y los jóvenes contra los tipos de trabajo impropios o los trabajos realizados en condiciones impropias para su edad han constituido siempre principios básicos de la Organización Internacional del Trabajo.
En Argentina se entiende por trabajo infantil a toda actividad económica y/o estrategia de supervivencia, remunerada o no, realizada por niñas y niños, por debajo de la edad mínima de admisión al empleo o trabajo, o que no han finalizado la escolaridad obligatoria o que no han cumplido los 18 años si se trata de trabajo peligroso. Es el derivado obligado de la profundización de los bolsones de pobreza y de una cada vez mayor desigualdad social, legalmente el trabajo de los niños menores de 14 años está prohibido en nuestro país. Constituye un atentado contra la garantía de la salud, acceso a la educación y al juego, derechos protegidos por la Convención Internacional de los Derechos de los Niños y la ley nacional Nª 26.061 de Protección Integral de las Niñas, Niños y Adolescentes.
Los niveles de deserción escolar aumentan cada año, por la situación económica de muchos hogares, sumergidas en la cultura del desamor, la falta de afecto, solidaridad, aprecio y sobre todo el desempleo que profundiza los niveles de empobrecimiento sistemáticos de la población, sumado a la falta de comprensión de los padres hacia sus hijos y la inquietud de los adolescentes en llevar una vida acelerada. Garantizar la educación de todos es función del estado, sin embargo la crisis educativa actual refleja un desinterés profundo por nuestro futuro como consecuencia de este abandono político pueden caer vertiginosamente los niveles de cobertura que en los últimos treinta años había convertido al sistema educativo de la Republica Argentina en el más alto de América latina y a todo esto hay que sumarle el desinterés general actual por la cultura que se ve reflejado en los niños que solo asisten a los colegios por la copa de leche o la merienda.
La inequidad, la falta de igualdad de oportunidades, el alto desempleo, la pobreza, la marginación, la desigualdad, la desnutrición infantil, son algunas de las causas que han llevado a que la situación de la educación en la Argentina esté pasando por un estado terminal y se precisen política de Estado rápidas y precisas que sirvan para la solución de un problema que se ha ido agravando con el correr de los años y sin vistas de arreglo en el corto plazo.
Los jóvenes que abandonan la escuela en promedio tienen 13 años y se da cuando terminan la primaria, estos imposibilitados de acceder a un empleo por más que estén algunos lo suficientemente maduros como para desarrollar alguna actividad paga, caen netamente en la marginación y por ende no les queda otro remedio que delinquir.
En estos momentos que se está analizando bajar la edad de la imputabilidad penal, es necesario también bajar la edad mínima de admisión al empleo, hay muchos chicos que están quedando fuera del sistema, sin familia, sin educación y sin la oportunidad de poder acceder a un trabajo digno, de acorde a su edad y a su estado psicofísico es aquí en donde por la ineptitud del estado es necesaria la Intervención Social de las empresas, sobre todo en el interior de nuestro país donde la situación se agrava más en las economías regionales que viven del turismo y del comercio, a veces en localidades muy pequeñas suele pasar que adolecentes desamparados encuentran en la figura del dueño de un comercio a un padre, una persona que vela por él, más allá del valor económico, dando un hay trato familiar, por eso es necesario bajar la edad mínima de admisión al empleo otorgando plena emancipación laboral a los jóvenes que se encuentren en situación de riesgo que hayan abanado la escuela y que deseen obtener un trabajo.
Urgente hay que desarrollar un plan de empleo juvenil, que sirva para crear empleo de calidad y con salarios dignos para los jóvenes, algo que en estos momentos "no existe a tenor de los datos que arroja el Indec sobre la "Situación de los jóvenes en el mercado laboral Argentino".
Es necesario bajar la edad mínima de admisión al empleo.
