lunes, 16 de julio de 2012

Clases de turistas




Con mis mas de 23 años en la industria del turismo procedere a calificar al turista de la siguiente manera:

Turista Medio pelo para abajo:  Es aquel que vive medianamente con los gustos basicos en la vida y una vez que se va de vacasiones "busca lujos" para complacer el faltante de ellos en su cotidanaidad.

Turista Medio pelo para Arriba:  "La personas de bien" aquellos que tienen una vida de lujos y lo que buscan cuando se va de vaciones es paz, comodidad sin tratar de complacer aspectos materiales en un viaje ya que no poseen carencia alguna.

En conclucion: El turista de medio pelo para abajo, es el  mas quejoso porque en 15 dias de su vida tratara de vivir como un rey dado que quiza sea en el unico momento que pueda sentirse como tal y en realidad sabemos que no tiene donde quedarse muerto.

CONSEJO:  Señor, señora si  va a irse de vacasiones GASTE!  para pijotear quedese en casa!!

jueves, 12 de julio de 2012

Una mirada Geopolítica sobre el Agua.








Introducción
Hipótesis tentativa
Desarrollo
Algunos conflictos provocados por la guerra del agua
El agua, ¿propiedad pública o propiedad privada?
El uso del agua, el agua virtual y la huella hídrica
Aguas turbulentas
El futuro del maíz para fabricar envases
IV Foro Mundial del Agua
2005-2015: década internacional para la acción “agua para la vida”.
Las alternativas
Tres piezas clave en la geopolítica hídrica mundial
Acuífero Guaraní
La cuenca del plata
Isla de Martín García
Conclusiones
Bibliografía 









Introducción
Si las guerras del siglo XX -fundamentalmente- se libraron por el petróleo, las del presente siglo XXI se combatirán por el agua.”, vaticinó en 1995 Ismail Serageldin, vicepresidente del Banco Mundial. Un crítico tema en la geopolítica por recursos estratégicos.
El agua dulce existente en el mundo se hace cada vez más insuficiente para los requerimientos futuros de la humanidad. Su consumo agroindustrial y doméstico tiende a rebasar las posibilidades de su existencia sustentable, lo que ya está creando situaciones conflictivas entre los estados, en las que necesariamente los más poderosos tendrán las mayores oportunidades de salir victoriosos. Para el año 2025, se calcula que 70% de la población humana no tendrá acceso a suficientes cantidades de agua.
La industria, sobretodo la automotriz, la minera y la de textiles, utiliza el 20% de toda el agua de consumo. Muchas empresas agotan acuíferos que tardaron siglos en llenarse o con sus construcciones secan ríos y los transforman en pantanos. La agricultura mundial utiliza el 67% del agua de consumo, pero regiones continentales como Asia, África y América Latina alcanzan a utilizar, con estos fines, hasta un 85% de la misma.
En consumo doméstico se usa alrededor de un 10% del agua total de consumo, dividido entre las múltiples actividades de la familia: 2,5 litros por persona y por día para la ingesta y cerca de 100 litros para el aseo dental y corporal, a los que hay que sumar las cantidades que se utilizan en el lavado de la ropa y de los enseres de alimentación y de cocina.
El 97% del agua de la Tierra es salada y está en mares y océanos, el 2,5% es agua dulce y el 0,5% se encuentra como humedad superficial y vapor de agua en la atmósfera. Del agua dulce existente, la tercera parte fluye, pero sólo un 1,5% lo hace en ríos, de los cuales un 60% ha sido represado con lo que se ha bloqueado el ciclo del vital líquido. La mayor parte del agua dulce fluye o se acumula subterráneamente o está en lagos y lagunas.
De toda el agua dulce, Brasil tiene el 13%, Rusia el 11, Canadá y China tienen un 9% cada una, mientras EEUU, Indonesia y Bangladesh tienen cada uno el 6%, la India el 5%, mientras el 37% restante se encuentra en los otros países del mundo.
Europa atraviesa una situación muy grave, pues sólo cinco de sus ríos no están contaminados con agrotóxicos y desechos industriales, con la resultante destrucción de bosques. España, el sur de Italia, Grecia, los Balcanes, parte de Holanda, Alemania, los países bajos e Inglaterra son los más afectadas. Asia parece estar peor, siendo crítica la situación en Corea, Japón, parte de China, la Península Arábiga, Irán, Afganistán, Pakistán y la India. Turquía e Irak están enfrentados por las cabeceras del Tigris y el Éufrates, y en el trasfondo de la invasión de Israel a Palestina y Líbano está la decisión israelí de apoderarse de las fuentes de agua de la región.
En Australia, la sobreexplotación de ríos y fuentes subterráneas está salinizando los mismos. En África, pese a la existencia de dos acuíferos importantes en Sudán y el norte del Sahara con más de 135 mil billones de litros de agua, están en estado crítico Somalia, Eritrea, Etiopía y el sur del continente, ya que todos sus ríos y lagos están contaminados.
América dispone del 47% de las reservas de agua potable de superficie y subterránea del mundo con apenas el 12% de la población mundial. Sin embargo, en Norteamérica la situación es grave, pues unos 200 millones de personas de su población dependen ya del agua subterránea para uso doméstico, lo que compromete la conservación de las aguas superficiales, puesto que los niveles de éstas dependen del nivel de aquéllas. Los niveles de los lagos Ontario y Hurón de Canadá dependen en un 42% de su abastecimiento por aguas subterráneas.
En América hispana y el Caribe viven unos 510 millones de personas de los cuales casi 80 millones no tienen acceso seguro al agua. Ésta escasea en pueblos y ciudades incluidas las grandes capitales, donde quienes viven en los llamados barrios marginales o villas miseria deben dedicar buena parte de su vida a procurarse cantidades restringidas de este vital líquido.
Desde hace tiempo el agua se desperdicia y no se aprecia como es debido, pero hoy la mayor amenaza la constituye la privatización del agua por las multinacionales, bajo los auspicios de la banca multilateral y el FMI. Se pretende poner en manos de unos pocos el destino de miles de millones de seres. Se privatiza el acceso al servicio de agua, como en un futuro se llegará a privatizar el aire que respiramos. Nada detiene la voracidad capitalista transnacional.

¿El agua, ¿propiedad pública o propiedad privada?
 ¿Cómo pagarán ese servicio los miles de millones de pobres que no tienen siquiera dinero para alimentarse?
El agua tiene una evidente dimensión geopolítica que se revela de modo más o menos manifiesto según la generosidad de la naturaleza y la disponibilidad tecnológica en un momento dado, al mismo tiempo que genera adaptaciones culturales, históricas y ecológicas muy variadas y complejas y diferentes relaciones y grados de poder en el uso y disfrute de los recursos hídricos a escala local, regional, nacional y mundial. Se puede decir, por lo tanto, que la búsqueda del agua es en realidad una lucha por la vida

Hipótesis tentativa:

Con el desarrollo de la mundialización de la economía, la profundización de la división internacional del trabajo y la progresiva liberalización comercial a escala planetaria, es muy probable que crezcan las interdependencias y las externalidades relacionadas con el uso del agua, hecho que llevará sin duda a la generación de nuevos conflictos geopolíticos por el control de las fuentes hídricas.


                                                     Desarrollo

En los últimos cincuenta años ha habido 1.831 acciones relacionadas con el agua, tanto conflictivas como cooperativas, y aunque el historial de cooperación entre los países por lo que respecta a los recursos hídricos transfronterizos es superior al conflicto agudo  no se puede minusvalorar los 507 episodios de hostilidad internacional ocasionados por el control y utilización del agua. Según el Informe “El agua, una responsabilidad compartida”, elaborado por la UNESCO en 2006, las fuentes de potenciales conflictos hídricos son las siguientes:
1.)    Escasez (permanente o transitoria).
2.)   Diferencias de fines y objetivos.
3.)   Factores sociales e históricos complejos (antagonismo previo).
4.)   Falta de comprensión o desconocimiento de circunstancias y datos.
5.)   Relación de poder asimétrica entre localidades, regiones o naciones.
6.)   Falta de datos significativos o cuestiones de validez y fiabilidad.
7.)   Asuntos específicos de política hídrica (construcción de presas o desvío de cursos de agua).
8.)  Situaciones de ausencia de cooperación y conflicto de valores, especialmente los referentes a la mitología, la cultura y el simbolismo del agua.
Por otro lado, se debe tener en cuenta que en la actualidad, según los datos del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), hay 1.100 millones de personas en el mundo sin acceso al agua potable, que se distribuyen de la siguiente manera:
     -          Este de Asia y el Pacífico: 406,2 millones de habitantes.
     -          África subsahariana: 314 millones de habitantes.
     -          Sur de Asia: 228,8 millones de habitantes.
     -          América Latina y el Caribe: 49,4 millones de habitantes.
     -          Países árabes: 37,7 millones de habitantes.
Asimismo, 2.600 millones de personas de la población mundial no tienen acceso hoy en día a los saneamientos adecuados. Su distribución por grandes áreas geográficas es como a continuación se relata:
     -          Este de Asia y el Pacífico: 958,2 millones de habitantes.
     -          Sur de Asia: 925,9 millones de habitantes.
     -          África subsahariana: 436,7 millones de habitantes.
     -          América Latina y el Caribe: 119,4 millones de habitantes.
     -          Países árabes: 80,1 millones de habitantes.


Algunos conflictos provocados por la guerra del agua:

De estos conflictos hostiles, más de treinta han tenido lugar en Oriente Próximo, donde la tradicional lucha por el “oro negro” está siendo sustituida de forma progresiva por la disputa por el “oro azul”, pues en ningún lugar del mundo se aprecia de forma tan contundente el conflicto latente del agua como en los territorios palestinos ocupados por Israel. 
Desde que en 1948 una resolución de las Naciones Unidas propició la creación del estado de Israel, la preocupación por el suministro de agua ha sido constante.
     A principios de la década de los años sesenta del siglo XX bombardeó una presa siria en construcción que desviaría para de un afluente del río Jordán en el Golán, lo que limitaría la llegada de agua a Israel. También bombardeó un canal que levantaba Jordania para aprovechar las aguas de otro afluente del Jordán.
     La Guerra de los Seis Días permitió a Israel conquistar Cisjordania, Gaza, el Sinaí y los Altos del Golán, apoderándose de importantes fuentes de abastecimiento hídrico. En el Golán, arrebatado a Siria, pasó a controlar el lago Tiberíades y la mitad de las riberas del valle del río Yarmouk, principal afluente del Jordán.
     Incluso no faltan analistas que en los continuos ataques de Israel a Líbano ven el propósito de apoderarse del río Litani, cuyas caudalosas aguas son navegables en casi toda su longitud.
En el mundo se pueden señalar otros lugares de conflictos potenciales por la utilización y gestión del agua, como sucede, por ejemplo, con el control de las aguas en la cuenca de los ríos Tigris y Éufrates, ya que Turquía está desarrollando desde el año 1985 un ambicioso plan hidráulico denominado Gran Proyecto Anatolia (GAP), con 22 presas que deberían irrigar 1,7 millones de hectáreas, generar electricidad y convertir al país en un exportador de agua al resto de la región. El programa de obras amenaza con reducir drásticamente el caudal aguas debajo de los dos ríos hacia Siria e Irak.
     El acceso al agua de los ríos Syr Darya y Amu Darya en Asia Central es susceptible de generar tensiones entre Kirguizia y Tayikistán, las dos potencias hídricas que concentran el 90 % del agua de la zona, y los sedientos Kazajstán, Turkmenistán y Uzbekistán.
     La delimitación del mar Caspio puede enfrentar en el inmediato futuro a los cinco países ribereños: Rusia, Irán, Azerbaiyán, Kazajstán y Turkmenistán.
     Pakistán, Bangladesh y Nepal tienen conflictos hídricos con India que podrían recrudecerse debido a que la agricultura es la base de sus economías. Asimismo, Pakistán e India, más allá del contencioso sobre Cachemira, se disputan los recursos del río Indo, que nace en India, país que puede controlar el río Jhelun, considerado por Pakistán como su arteria vital acuífera. India también mantiene disputas hídricas con Nepal, Bangladesh y China en la región del Ganges-Brahmaputra.Meghna, donde habitan 600 millones de personas, aunque nada se compara con los 54 ríos que fluyen de India a Bangladesh y que han enconado los problemas fronterizos entre ambos países.
     Los seis países ribereños del río Mekong (China, Camboya, Laos, Myanmar, Tailandia y Vietnam), que nace en el Tibet, pueden enfrentarse por la pretensión china de controlar sus aguas para asegurar el enorme abastecimiento hídrico que demanda su espectacular crecimiento económico. China ha construido más de 85.000 presas, casi la mitad de las que existen en el mundo.
    En África, los ríos Nilo, Zambeze, Volta, Níger y Congo y la zona de los Grandes Lagos constituyen unas áreas proclives a los conflictos por la utilización del agua. Egipto, por ejemplo, siempre ha amenazado a Etiopía con la guerra si trata de aprovechar las aguas del Nilo Azul, incluso ha intervenido de forma constante en los asuntos internos de Sudán por los mismos motivos. Una de las causas de la cruenta guerra civil sudanesa es la construcción del canal de Jonglei, con el objeto de aumentar los aportes del Nilo en cinco kilómetros cúbicos de agua anuales. Esta obra daña seriamente una de las zonas húmedas más importantes del planeta.


El agua, ¿propiedad pública o propiedad privada?

Como ya se ha comentado, el agua es un recurso natural escaso y agotable, y buena prueba de ello es la disminución que en términos generales se constata en todos los continentes del mundo, aunque las perspectivas de unos y otros sean sensiblemente distintas según su disponibilidad y los niveles de empleo de este líquido vital. Al mismo tiempo, la demanda es cada vez mayor conforme aumenta la población mundial y se desarrollan países y actividades económicas que precisan de volúmenes hídricos en crecimiento. De ahí que, como indica el colombiano A. Mendoza (2005), el agua se haya convertido en un negocio muy lucrativo en muy poco tiempo, ya que el agua privatizada es cara, tal como se comprueba en Chile, uno de los pocos lugares del mundo, junto con  Inglaterra y Gales, donde el abastecimiento hídrico está en manos particulares.
            Algunos países, como los mencionados, renuncian a la propiedad y gestión pública del agua siguiendo los consejos de la banca internacional y el Banco Mundial, cuyas estrategias son bien conocidas, ya que suelen preparar el terreno acusando y culpando a la gente común, a los campesinos y a los servicios públicos por el mal uso y administración de los recursos hídricos. Por si esto fuera poco, el Banco Mundial representa un papel clave, puesto que invierte, proporciona dinero para realizar reformas en el sistema del agua e incluso actúa como juez en caso de conflicto entre los inversores y los Estados, al mismo tiempo que ha llegado a amenazar a los países que se muestran renuentes a privatizar sus servicios públicos de agua potable y alcantarillado con negarles cualquier tipo de financiación para otras necesidades. Así se comprueba en el documento firmado por el presidente del Banco Mundial, P. Wolfowitz, emitido durante las sesiones del IV Foro Mundial del Agua celebrado en México D. F. en marzo de 2006, pues fue catalogado como una amenaza para aquellas naciones que pretendieran incluir en la declaración final del foro que el agua es un derecho humano fundamental y que, por lo tanto, no puede quedar en manos privadas.
     Como dato ilustrativo conviene recordar que el jefe del Banco Mundial es elegido de forma unilateral por el presidente de Estados Unidos desde que se creó en 1944 (Bretton Woods) este importante organismo económico, financiero y de desarrollo. La Unión Europea nunca puso ningún obstáculo a esta arcaica práctica porque desea mantener su propio privilegio de nombrar al jefe del FMI, institución hermana del Banco Mundial.
            Siguiendo con los anteriores planteamientos hídricos, se debe tener en cuenta que la creciente escasez de agua y el aumento desaforado de la demanda provoca que este líquido fundamental para la vida interese más que el petróleo a los grandes inversores. Baste señalar, pues no es este el objetivo de esta breve reflexión, que el Bloomberg World Water Index, propiciado por once empresas del sector, ha registrado un rendimiento del 35 % anual desde 2003, mientras que las acciones del petróleo y el gas sólo han experimentado un aumento del 29 %. El origen de esta comercialización del agua se puede datar en noviembre de 2001, cuando los recursos naturales, la salud y la educación comenzaron a ser objeto de negociación para su liberalización en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC).
            Las dos mayores compañías vinculadas al agua son Veolia (antes Vivendi) y Suez, ambas con sede en Paris, que controlan el 70 % del mercado mundial de este recurso. Veolia suministra agua y servicios de saneamiento a 110 millones de personas en todo el mundo. En este sentido también destacan la alemana RWE, que recientemente adquirió Thames Water (Gran Bretaña) y American Water Works (Estados Unidos), y la estadounidense Bechtel. Por su parte, la estrategia de la corporación norteamericana General Electric es que su división de aguas invierta en plantas desaladoras y de purificación en los países donde no abunda el agua dulce y potable. Arabia Saudí es un potencial cliente
La privatización del agua es más compleja de lo que pudiera parecer a simple vista, ya que, según la opinión de S. Ribeiro (2005), ofrece varias facetas que deben ser tenidas en cuenta:
1.)    Privatización de territorios y biorregiones. Las empresas que necesitan agua para sus actividades privatizan territorios enteros para garantizarse el uso monopolístico del recursos, protegidas por modificaciones sustanciales de las legislaciones nacionales.
2.)   Privatización por desviación de aguas. La construcción de presas e hidrovías para abastecer zonas de alto consumo industrial, agroindustrial, turístico y urbano priva del recurso a millones de agricultores y comunidades, con desplazamientos que destruyen sus formas de vida, cultura y economía propias.
3.)   Privatización por contaminación. La minería, la industria y la agroindustria contaminan las fuentes de agua, apropiándose de un recurso que es de todos al imposibilitar que otros las puedan utilizar.
4.)   Privatización de los servicios municipales de agua en zonas urbanas. Mediante concesiones y contratos de servicios, protegidos por las legislaciones nacionales del agua, las empresas transnacionales del sector se apropian de la distribución y las plantas purificadoras y fijan, después, las condiciones de acceso y tarifas a la población autóctona.
5.)   Privatización por el embotellamiento del agua. No hay mantenimiento adecuado de las redes públicas de distribución de agua debido a las políticas presupuestarias injustas, pero se subsidia, por el contrario, con permisos muy baratos de explotación de las fuentes de agua a las industrias que “transforman el agua en agua”, como es el caso de las famosas Coca - Cola, Pepsico, Nestlé y Danone. Sólo en 2002 estas empresas obtuvieron beneficios superiores a 86.000 millones de dólares.
6.)   Privatización por medio del monopolio de las tecnologías. Las industrias despilfarran y contaminan el agua (AA. VV., 2003), pero se presentan como las únicas capaces de extraer el agua más profunda o de purificarla de forma adecuada. Por supuesto, esta “salvación” hay que pagarla, y a precios cada vez más elevados.
La cuestión de la privatización del agua se ha estado planteando en el seno de las negociaciones del ALCA y de los tratados de libre comercio bilaterales auspiciados por Estados Unidos. Si persistieran estas tendencias, el resultado evidente sería un alza de las tarifas y un aumento de los pobres que quedarían sin este servicio vital. Gracias al respaldo que ofrecen los tratados comerciales internacionales, varias empresas están desarrollando tecnologías para transportar grandes cantidades de agua potable a largas distancias, estrategia que de hecho supone una clara privatización del recurso.
     Todos los tipos de privatización del agua son perjudiciales para la mayoría de la población, tanto la apropiación particular de territorios enteros para garantizarse el uso exclusivo como la construcción de presas y desvío de cursos fluviales o la contaminación que deriva de la actividad fabril, minera o agroindustrial. Sin embargo, se puede destacar como especialmente grave la privatización del agua que se realiza a través de concesiones y contratos de los servicios municipales de distribución, gestión y purificación del agua, así como de las redes de alcantarillado y saneamiento. Las empresas beneficiarias pueden fijar las condiciones de acceso al agua y las tarifas que debe abonar la población. En este aspecto incluso es posible ignorar el mantenimiento adecuado de las redes públicas aduciendo una merma presupuestaria, con lo que se abre el camino y la justificación para privatizar el recurso y el servicio
Por último, es interesante destacar la privatización que de hecho se ejerce mediante la acción de las embotelladoras de agua, que son subsidiadas con permisos de explotación del recurso muy baratos y que con total impunidad “transforman el agua en agua”. Aquí es fundamental la connivencia de la oligarquía y los gobernantes locales con las empresas transnacionales, toda vez que el no mantenimiento (o mantenimiento inadecuado) de las redes públicas de distribución del agua, obliga a la población a consumir más agua embotellada, bien por falta del recurso, bien por su deficiente potabilización.


El uso del agua, el agua virtual y la huella hídrica

La actividad humana que más agua ha consumido siempre es la agricultura, aunque a partir de la revolución verde esta situación ha adquirido valores espectaculares, puesto que la intensificación productiva, basada en el empleo de maquinaria, la fertilización química, el uso de productos fitosanitarios, la siembra de semillas seleccionadas y la difusión del regadío, provoca un aumento desmesurado de los aportes hídricos en la producción agrícola. Lo mismo cabe indicar de la revolución ganadera, ya que la estabulación de grandes cantidades de animales en espacios reducidos y la desvinculación del ganado de la tierra y los recursos naturales, obliga a un mayor consumo de agua (Segrelles, 1995).
     Según la FAO, la actividad agrícola y ganadera en España emplea el 62 % de los recursos hídricos utilizados en el país, mientras que la industria usa el 26 % y el sector urbano público el 12 % restante. Estos porcentajes, aun con el predominio agropecuario, difieren de modo sensible, por ejemplo, en Estados Unidos y México, ya que el primero de estos países destina el 42 % del agua a la agricultura y la ganadería, el 46 % a la industria y el 12 % al sector público urbano. Dicho reparto proporcional es del 80 %, 8 % y 12 %, respectivamente, en México, lo que indica el menor desarrollo fabril del país y el predominio de las actividades agropecuarias como consumidoras de este líquido vital.
     A este respecto, la FAO proporciona una serie de datos muy elocuentes relacionados con el uso agropecuario del agua: aproximadamente un 70 % de los recursos hídricos disponibles en el mundo se utiliza para uso agrícola y ganadero; las tierras de uso agrario han aumentado desde la década de los años sesenta del siglo XX alrededor de un 12 %, alcanzando actualmente 150.000 millones de hectáreas; las extracciones de agua utilizadas para el riego se estiman en unos 2.000 a 2.555 kilómetros cúbicos por año en todo el mundo; el porcentaje de zonas irrigadas del total de tierras potencialmente irrigables era en 1999 del 50 % en el planeta, el 13 % en África subsahariana y de más del 85 % en el sur de Asia; el pastoreo y los cereales ocupan un 37 % de la superficie total de tierras en el mundo; las malas prácticas de evacuación e irrigación causan la saturación y salinización de aproximadamente un 10 % de la totalidad de tierras regadas; la producción de una sola hamburguesa necesita unos 11.000 litros de agua; la producción de un kilogramo de carne supone el consumo de 100 toneladas de agua, la producción de una tonelada de cereal requiere un consumo previo de tres toneladas de agua.
     En este sentido, el concepto de agua virtual, que se ha ido desarrollando con el paso del tiempo, permite a los países compartir productos y beneficios al poner en relación la producción y el consumo de cada uno de los países del mundo a través de sus relaciones comerciales. Por lo tanto, se entiende por agua virtual el agua que se utiliza para producir una mercancía o un servicio, como sucede por ejemplo con los productos alimenticios e industriales o con las actividades turísticas o de ocio. La importación y exportación de los productos implica de hecho la importación y exportación de agua
     El volumen mundial de los flujos de agua virtual en relación con el comercio internacional de mercancías alcanza 1.600 millones de metros cúbicos por año. Alrededor de un 80 % de ese flujo se asocia con el comercio de productos agropecuarios, mientras que un 16 % del uso del agua en el mundo no se corresponde con la producción de bienes para el consumo interno, sino con la producción de bienes para la exportación, cuestión que por su carácter injusto ha cobrado gran importancia durante los últimos tiempos, sobre todo por lo que respecta al mundo latinoamericano. De todos modos, el asunto de la propiedad y el reparto de la tierra ha aglutinado de forma tradicional a las poblaciones campesinas de América Latina, provocando diversos movimientos reivindicativos y levantamientos populares de gran trascendencia pública en aras de una reforma agraria. Sin embargo, el uso y dedicación de la tierra apenas se ha planteado hasta ahora en términos sociopolíticos, toda vez que desde hace algo más de tres lustros se ha producido en la mayoría de los países latinoamericanos una reorganización sin precedentes de los espacios y aprovechamientos agrícolas, pecuarios y forestales. Dicha reorganización está motivada por dos fenómenos muy activos e intensos que en el fondo son la misma cosa y tienen idénticas consecuencias: la difusión generalizada del complejo cereales-carne y la necesidad imperiosa de exportar que estos países tienen para pagar sus abultadas y asfixiantes deudas externas.
     El origen de la paradoja por la que varios países latinoamericanos dotados de vastas extensiones de uso agropecuario y abundantes recursos naturales, como Brasil, Colombia o México, no pueden ser autosuficientes en materia alimenticia, estriba en un asfixiante endeudamiento que les obliga a conseguir divisas a cualquier precio. El objetivo de los planes de ajuste estructural que el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial (BM) imponen a los países con problemas de crédito se centra en que estas naciones exporten cada vez más para que no dejen de pagar los elevados intereses de sus abultadas deudas externas. Es así como mucho países latinoamericanos se ven obligados a reorientar su producción agropecuaria o a sobreexplotar sus recursos naturales, pero siempre con el norte de dirigirse a los mercados exteriores en detrimento del consumo local y el respeto ecológico


Aguas turbulentas

Aunque el crecimiento más acelerado del agua embotellada se visualiza en Sudamérica y Asia, el mayor mercado nacional es el estadounidense. En España, un grupo de empresas (“pezqueñines”) se reparten cerca del 40% del mercado hispánico, aunque la inmensa mayoría de los española exigen agua mineral natural, (no simplemente purificada) desechando, además el envasado en botellas de plástico.
Mientras que el gobierno de Estados Unidos está promoviendo activamente la política de privatizaciones y desregulaciones en todo el mundo, los ciudadanos de ese país están padeciendo internamente su aplicación. El mayor proyecto de privatización de agua concretado hasta ahora es el de la ciudad de Atlanta, que se viene revelando como verdadero desastre. Otro caso relevante se produjo en la ciudad de Detroit, ciudad donde en su planta urbana se habían instalado una importante cantidad de industrias que últimamente han debido cerrar, motivando una grave crisis social debido al despido de sus trabajadores, transformando a Detroit en una de la ciudad con una de las poblaciones más pobres de Estados Unidos. La mayor parte de dichas industrias se han debido trasladar a otras partes del mundo aprovechando la liberalización comercial.


El futuro del maíz para fabricar envases

“Los envases, sean de vidrio como de plástico, deben hacer varios ciclos y permanecer el mayor tiempo posible en circulación”, afirma el grupo “Ecologistas en Acción”, una organización que está intentando establecer en Barcelona un programa de retorno de garrafas de plástico de entre cinco y ocho litros, en colaboración con la “Agencia de Residuos” de Cataluña.
Al emplearse 1.500.000 toneladas de plástico para envasar agua en todo el mundo, solamente se recicla el 20%, lo que para muchos defensores del medios ambiente, tal situación es insostenible.
Conforme a algunos resultados, suficientemente comprobados, el futuro del maíz para fabricar envases para embotellar el agua de manantial, pues ser una buena alternativa como envase, que superaría el actual reciclaje de los envases de plástico -opinan los técnicos. Así lo manifiesta la empresa estadounidense Biota: “• los envases comportables fabricados a partir de maíz, se descomponen fácilmente en agua, dióxido de carbono y material orgánico”. Tal método, fue reconocido por la Asociación Internacional de Agua Embotellada, distinguiendo a la empresa Biota como “una empresa que cuida el planeta”. 


                                  IV Foro Mundial del Agua

En Iberoamérica se han producido duros conflictos entre la población y las empresas concesionarias para la explotación del agua. corriente. En México, Brasil, Paraguay, Bolivia, Argentina, Uruguay (para citar algunos países) la actividad de las empresas multinacionales del agua embotellada no ha estado -ni están- exentas de conflictos. En Brasil, Nestlé ha sido acusada por la organización ecologista brasileña “Ciudadanía por las aguas”, de sobreexplotar el parque Sâo Lourenço, aunque la empresa siempre lo ha negad.
Siete años atrás, en la “Cumbre Mundial contra el Hambre”, desarrollada en Roma en el 2001, se destacó la gravísima escasez de agua potable que padecen 1.500 millones de personas y que podría afectar al doble en esa cantidad en 2025 (dentro de siete años), por lo cual las ONG´S presentes en dicho foro, solicitaron que el acceso a los recursos hídricos sea considerado como un bien común de la humanidad. Lamentablemente la moción no fue aprobada, como así mismo el derecho de todos los humanos a los alimentos (otra crisis que aumenta su gravedad en estos tiempos) dada la oposición de los Estados Unidos.
El tema, nuevamente tratado en el último IV Foro Mundial del Agua desarrollado en México, fue abordado a través de cinco marcos temáticos: 1) Agua para el crecimiento y desarrollo; 2) Implementación de la gestión integrada de recursos hídricos (GIRH); 3) Suministro de agua y servicios sanitarios para todos; 4) Gestión del agua para la alimentación y el medio ambiente; 5) Manejo del riesgo. 





2005-2015: década internacional para la acción “agua para la vida”.


La década Internacional, organizada por Naciones Unidas, se centra en la implementación de programas y proyectos y en el fortalecimiento de la cooperación en asuntos del agua en todos los niveles.
El co-presidente del IV Foro Mundial del Agua -Cristóbal J. Jáquez, resalto la necesidad de crear una nueva cultura sobre la administración del agua, destacando Loïc Fauchon (presidente del Consejo Mundial del agua) “que la falta de acceso al agua potable y la pobre calidad de la misma son inaceptables y que el derecho al dicho recurso es indispensable para la dignidad humana”. No resulta extraño que en la actualidad muchas poblaciones vivan un “estrés hídrico”, dado que el déficit se agrava ante los graves cambios climáticos.
En Iberoamérica se encuentra el acuífero Guaraní, bajo suelo paraguayo, brasileño, argentino y uruguayo, considerado entre los tres más importantes reservorios de agua en el mundo. Si a éste sumamos la riqueza hídrica del Amazonas, los ríos patagónicos argentinos y chilenos, la confluencia fluvial de la denominada “Triple Frontera”, el lago Titicaca, por citar algunos, no es de extrañar que los “zares del agua dulce” hallan fijado su objetivo en comprar tierras en áreas cercanas a estos estratégicos recursos de tan alto valor para el desarrollo de la economía y, administrar con los otros “zares” de áreas petrolíferas y gas natural, que nuestra eterna América proveedora viene ofreciendo desde hace siglos a las grandes potencias del mundo.

Para solucionar el actual y futuro problema hídrico, debido a la creciente escasez y al constante aumento de la demanda de agua en el mundo, el Banco Mundial ha propuesto que este recurso sea tratado como un producto como el petróleo o el oro y que, por lo tanto, sea explorado y desarrollado como tal por la empresa privada, hecho que significaría que casi de forma inmediata los precios serían impagables por una parte muy grande de la población mundial. Si se privatiza la utilización del agua de forma generalizada, ¿cómo pagarán ese servicio las miles de millones de personas pobres en el mundo que no tienen ni tan siquiera dinero para alimentarse? Aunque en aras de un menor despilfarro sea necesario cobrar parte de esos servicios, lo fundamental es comprender que el agua es un bien público, como el aire y el sol, y también un derecho humano, no una mercancía.
     Si bien la ONU ha tardado en reconocer el fin lucrativo que perseguían las empresas beneficiarias de la privatización del agua en muchos lugares del mundo, varias organizaciones no gubernamentales (Contrato Mundial del Agua, Consejo Canadiense, Planeta Azul, Foro Social Mundial) han propiciado desde 2000 la construcción de un modelo alternativo para el manejo sustentable del agua que forme parte de la agenda social de las organizaciones civiles en todo el orbe. Sus propuestas se centran en reconocer que el agua es un patrimonio común de la humanidad, considerar el acceso al agua como un derecho humano y propiciar su utilización sustentable. Estas ideas constituyen la base contra la privatización de los recursos hídricos y con el objeto de asegurar la equidad y la participación social de las comunidades con el fin de mantener un dominio público del líquido y revertir cualquier proceso de privatización en su distribución y gestión.
     Los recursos hídricos constituyen los cimientos sobre los que se asienta el tan reclamado y publicitado desarrollo sostenible, al mismo tiempo que los ecosistemas y el sustento humano dependen de un uso eficiente y racional de este líquido vital y cada vez más escaso y precioso. Por lo tanto, no sólo es necesario preservar el agua, sino hacer también una distribución más equitativa y mejorar su calidad.
     En este sentido se deben destacar iniciativas como la administración conjunta entre el gobierno municipal y los vecinos de Porto Alegre (Brasil) mediante presupuestos participativos, que han llevado el suministro de agua potable con tarifas aceptables al 98 % de la población del lugar. El Estado puede ser un buen administrador y gestor de los recursos hídricos cuando se aplican políticas correctas. Las Naciones Unidas proponen reducir a la mitad, para 2015, la proporción de personas que carecen de acceso sostenible al agua dulce y potable. Por su parte, desde 2004, el 95,6 % de los cubanos disfruta de acceso sostenible al agua potable; el porcentaje de población sin acceso se ha reducido en casi tres cuartas partes respecto al año 1990.
     Como sostiene Vandana Shiva (2005), física, filósofa, ecofeminista y escritora india, que recibió en 1993 el Right Livelihood Award (Premio Nobel Alternativo) y actualmente lidera el Foro Internacional sobre la Globalización, la sobreexplotación de las superficies subterráneas freáticas y los grandes proyectos de desviación de los cursos de agua juegan en contra de la preservación de la Tierra en su conjunto. Para tener una idea de lo que está en juego, hay que saber que si cada parte del planeta recibiera precipitaciones iguales, con la misma frecuencia y siguiendo el mismo esquema, las mismas plantas crecerían por todas partes en la tierra y encontraríamos en todas partes idénticas especies animales. El planeta está hecho de diversidad. El ciclo hidrológico de las plantas es una democracia del agua, un sistema de distribución para todas las especies vivientes. Sin democracia del agua no puede haber vida democrática.

Las alternativas

Es necesario que el servicio básico del agua se mantenga como un bien público y no privado ni comercial. Es importante evitar que el agua este bajo el control, dominio y exclusiva posesión y beneficio económico de la iniciativa privada. No se puede dejar en manos privadas tanta responsabilidad sobre la vida de toda la humanidad.
Lo anterior significa que el agua no es un problema en si mismo, sino que el problema es el modelo de desarrollo que la usa. No habría problemas del agua si las industrias la limpiaran la que contaminan antes de regresarla al río; si no hubiera el abuso de agroquímicos que más benefician a las corporaciones trasnacionales que los producen. No tendríamos problemas de agua si no hubiera tanta deforestación producto de las plantaciones de monocultivos a gran escala, o de la tala de millones de hectáreas de bosques para satisfacer el mercado del papel malgastado en los países del norte. Tampoco tendríamos problemas del agua si no represáramos tantos ríos para justificar el abastecimiento de agua a las grandes ciudades que las desperdician en las tuberías o en el mal uso del recurso, o para generar tanta electricidad que se desperdicia y se malgasta más en los países desarrollados. Ante la cultura del derroche y despilfarro, una nueva cultura del agua es necesaria. Una cultura de cuidado y ahorro y de criterios de equidad en su distribución. Hay agua para todos los humanos del planeta.

Es necesario recuperar formas tradicionales de captación del agua; de generar sistemas descentralizados en el campo y de generar un modelo económico sustentable. El 80% de la tierra agrícola del mundo se cultiva con agua de lluvia, y contribuye con un 60% de la producción de alimentos. Se puede fortalecer los cultivos con agua de lluvia y mecanismos sostenibles para retener el agua, recargar depósitos o recargar las aguas subterráneas, terraplenes, etc. En lugar de hacer tantas represas incosteables con ese dinero se pueden reparar las tuberías, modificar las cisternas o hacer campanas para el ahorro y buen uso del recurso.

Existe un aspecto controversial. Mucha gente opina que todos tenemos que pagar por el agua que usamos. ?Se puede comparar el consumo del agua al consumo de cualquier otro producto, bien o servicio? ?Se puede pedir esto a la población pobre? El día de mañana las grandes trasnacionales nos dirán que luego de haber contaminado el aire de todos, el aire del planeta necesario para sobrevivir la humanidad entera y cualquier forma de vida que en ella habita, ellas la van a purificar y además habrá que pagarles por limpiar el aire luego de que la han contaminado. Es fácil exigirle a la población que pague por el agua cuando la dificultad de acceder a ella es fruto del enriquecimiento de otros sectores. Es fácil decirle a la población rural que pague por su agua cuando las grandes ciudades tienen agua barata y desperdiciada a costa de represar ríos y secar las fuentes de agua en el campo. Es fácil pedirle a la población que pague el agua porque el gobierno ya no tiene dinero luego de haberlo empobrecido obligándolo a aplicar políticas neoliberales. Pero lo mismo se argumenta con la salud, la educación y otros servicios básicos que deben estar en manos del Estado y no en manos de la iniciativa privada. No es ella la que ha firmado la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Tres piezas clave en la geopolítica hídrica mundial

Para terminar con el marco general de la lógica geopolítica comunitaria se hará un recorrido por tres elementos que consideramos centrales en la nueva estrategia material para la construcción del mercado hídrico mundial. En cada uno de ellos se privilegiara el interés  geopolítico conjunto de los actores que construyen el mercado hídrico mundial y la necesidad social de plantear formas alternativas al uso que pretenden imponer:
a) El control privado de las fuentes de agua. 
b) Las represas como eje central de manejo del mercado hídrico. 
c) Los servicios urbanos y rurales del agua

Acuífero Guaraní

Las grandes arterias fluviales de Sudamérica (Orinoco, Amazonas, Magdalena, Paraná, Paraguay, Uruguay) se une la existencia del denominado Acuífero Guaraní. Esta enorme masa de agua subterránea, que es uno de los recursos hídricos más importantes del mundo, se extiende por Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay y tiene 132 millones de años de antigüedad, ya que comenzó a formarse cuando los continentes africano y americano todavía estaban unidos. Su extensión es de 1,2 millones de kilómetros cuadrados y el volumen almacenado de agua es del orden de 37.000 kilómetros cúbicos. El volumen explotado actualmente oscila entre 40 y 80 kilómetros cúbicos anuales. Sin embargo, técnicamente, este acuífero podría abastecer a una población de 360 millones de habitantes con una dotación de 300 litros diarios por persona.
Ante la creciente escasez hídrica y el constante aumento de la demanda de agua, Estados Unidos ha puesto sus ojos en los recursos de otros lugares del continente americano, entre ellos el Acuífero Guaraní. Buena prueba de ello son las noticias aparecidas con alguna frecuencia en los medios de comunicación acerca de la hipotética existencia de grupos terroristas islámicos en el área sudamericana conocida como la “Triple Frontera”, es decir, una zona muy rica en recursos hídricos compartida por Argentina, Brasil y Paraguay. Incluso el ejército argentino ha decidido cambiar recientemente el emplazamiento de algunas de sus unidades de combate y situarlas en las proximidades de las áreas con riesgo potencial de conflicto por el control de los recursos naturales, sobre todo el agua del Acuífero Guaraní.
La Cuenca del Plata
La relevancia geopolítica de los recursos naturales de la Cuenca del Plata constituye una cuestión sustantiva en el abanico de problemas que se plantean dentro de las perspectivas de América del Sur
Uno de los conflictos mencionados que está suscitando mayor preocupación, porque forma parte de una problemática mundial, es el relacionado con los recursos hídricos. Durante el siglo XXI, la demanda mundial de agua crecerá más rápidamente que la población en la mayoría de las regiones, contrariamente a la tendencia que se observó durante la segunda mitad del siglo XX. Se prevé, consecuentemente, que las futuras crisis del agua -, podrían generar conflictos graves durante el siglo XXI. En este nuevo escenario internacional, el proceso de globalización no sólo está  proporcionando una mayor integración e interconexión entre los Estados y localidades, una nueva división internacional del trabajo, sino que las decisiones y actividades queocurren en una parte del globo tienen consecuencias significativas en lugares muy distantes, de ahí que el territorio , y sobre todo, aquéllos dotados con recursos estratégicos (agua, biodiversidad, petróleo, gas, minerales), sean argumentos centrales desde la perspectiva Geopolítica.
 A escala mundial, América del Sur representa la segunda reserva de agua mundial con36,9, metros 3 /año/persona. Así, la región sudamericana está siendo considerada de gran interés por parte de las empresas trasnacionales y las grandes potencias, ya que posee los ríos Amazonas, Orinoco, Sao Francisco, Paraná, Paraguay y Magdalena, que transportan más del 30% de agua superficial continental del mundo, y por contar con una de las mayores reservas de agua dulce subterráneas del mundo: el Sistema de Acuífero Guaraní.
La extensión y posición geográficas de la Cuenca del Plata revelan su importancia geopolítica. Ambos conceptos, extensión y posición, son categorías geográficas de primera magnitud en el análisis geopolítico de la Cuenca. La extensión como concepto absoluto de la base física del Estado y la posición como concepto relativo a distintos sistemas de referencias permiten evaluar aspectos sustantivos de este espacio geográfico de jerarquía subcontinental
Con casi 3.100.000 km2 La Cuenca del Plata es la quinta del mundo por su dimensión. Su área puede compararse aproximadamente con un tercio del área total de los EEUU, una sexta parte del subcontinente sudamericano y es casi igual a la superficie de todos los países que componen la Unión Europea y equivalente al territorio de la India. La magnitud de los derrames de agua de la Cuenca del Plata, con un caudal medio anual de 22,600 m3/s, la convierte en uno de los mayores reservorios de agua dulce del planeta y de allí se deriva uno de los componentes de su importancia geopolítica. Los tres ríos colectores principales y sus sistemas hidrográficos- que conforman la Cuenca del Plata son:
 El Paraná (4352 Km), el Paraguay (2459 Km) y el Uruguay (1600Km) que se hallan entre los más extensos del globo; en tanto que el estuario del Río de la Plata es el más amplio del mundo (su límite exterior mide 256 Km) y el caudal promedio anual del río al desembocar en el océano Atlántico Sur es de 23000 m3/seg .Estas cifras revelan la configuración de uno de los ecosistemas marinos más productivos y diversos, objeto ya de un financiamiento del GEF (Fondo Global para el Medio Ambiente - Protección Ambiental del Río de la Plata y su Frontera Marítima). Asimismo, el agua que se infiltra en esta cuenca, genera el mayor volumen de recarga del sistema de aguas subterráneas que conforma el Acuífero Guaraní 
Con respecto a su forma, la Cuenca del Plata se abre en forma de abanico a partir dela desembocadura desplegándose dentro de la jurisdicción de cinco países. La posición geográfica de la Cuenca del Plata está determinada por sus coordenadas extremas que son: los paralelos de 14º y 38º de Lat. Sur y los meridianos de 67º y 43ºde Longitud Oeste, lo que supone una gran variedad eco geográfica, además de diversidad cultural y socioeconómica definida por los estados-nación insertos en las superficies drenadas por sus ríos. En tal sentido, es posible señalar, a modo dee jemplo, que la Cuenca del Plata abarca áreas tan áridas y elevadas como el altiplano Boliviano y zonas más deprimidas y húmedas de la Argentina; y desde el Plan alto hasta el Atlántico. Este amplio espacio geopolítico regional, está limitado al norte por el Matto Grosso, al oeste por el altiplano boliviano, la Prepuna, las sierras de Córdoba, San Luis y Tandil, alsur por el río Salado y la Sierra de la Ventana, y al este por las sierras brasileñas y la Cuchilla Grande uruguaya.
Desde el punto de vista geopolítico interesa la característica de los ríos cuyos lechos forman saltos rápidos y correderas, lo que los hace aptos para la producción de energía, aunque limita su navegabilidad. Las obras realizadas por Brasil en el Alto Paraná comprometen la posibilidad de otros aprovechamientos energéticos del río, ya que cualquier alteración artificial que se provoque en una de sus partes influye inexorablemente sobre el resto del sistema, situación que se torna estratégica por tratarse de un río de curso sucesivo y soberanía compartida. Así como las grandes represas construidas y proyectadas por Brasil en su territorio (Jupiá, Ilha Solteria, Itaipú y otras) pueden ejercer un papel beneficioso como reguladores del flujo de agua durante todo el año, pero su contaminación amenaza provocar graves daños a las áreas cercanas a la desembocadura de la Cuenca del Plata, como consecuencia de que la gran cantidad de energía hidroeléctrica producida se destina a numerosos proyectos industriales para la región centro sur de ese país que generarán fuertes concentraciones de población y afluentes urbanos e industriales contaminantes; por otra parte, ya se han detectado residuos ―principalmente pesticidas provenientes de la zona de expansión de la frontera agropecuaria del Brasil.
Otro factor de preocupación es la propagación, hacia toda el área de la cuenca, de la esquistosomiasis, enfermedad transmitida por ciertos caracoles (caramujo) que proliferan, en especial, en la aguas lénticas, por lo que las zonas de lento escurrimiento de las represas artificiales se convierten en su hábitat. Otro elemento de perturbaciones la intensificación del proceso de acumulación de sedimentos en los embalses de capacidad limitada ocasionada por la erosión hídrica y acentuada por la pérdida de la masa boscosa y las praderas de la alta cuenca, que mantenían las aguas de los ríos límpidas y sin sedimentos .El manto de basaltos que obstruyó el curso del Alto Paraná dio origen a los llama dos rápidos de Apipé, a la vez que se formaban varios brazos que rodean las islas de Ibicuy, Talavera, Apipé y otras, entre las que se destaca la de Yaciretá con 415 km2, que emerge de las aguas cubierta de árboles y pastos graminosos con una altura que impide su inundación. El proyecto de aprovechamiento múltiple mediante las obras del complejo Apipé-Yaciretá acordado con Paraguay provoca un fuerte impacto sobre el albardón ribereño con gran expansión de la zona inundada especialmente sobre la margen paraguaya y aun sobre el área de derrames del río en los Esteros del Iberá, a través de la zanja de trasvasamiento de caudales de San Miguel, con obras de regulación que permitirán el aprovechamiento de los caudales excedentes y la recuperación de casi tres millones de hectáreas aptas para la agricultura. Las características del río Paraguay, tanto por el brusco cambio de rumbo como por la magnitud de los caudales que éste le aporta, siendo, estos colectados en una cuenca a penas inferior a la del Paraná, a la que llegan aportes desde los relieves andinos, cuyas características son tratadas en capítulo aparte. Hasta Diamante se extiende el Paraná Medio a lo largo de aproximadamente 60 Km., con diferencias estructurales en ambas márgenes, el valle es más estrecho que aguas abajo y, por ende, está sujeto con mayor intensidad a los efectos de las crecientes que invaden islas y terrazas fluviales. Recibe escasos afluentes que derramen sus caudales especialmente del lado correntino con rumbo noreste-suroeste; los más importantes son los ríos Santa Lucía, Corrientes y Guayquiraró, este último, límite natural entre las provincias de Corrientes y Entre Ríos.

Isla de Martín García
 Promontorio rocoso de solo 2 km2 de superficie es una floramiento de basamento cristalino que se levanta a solo 4 Km., de la costa uruguaya controlando la circulación del Canal del Infierno, que da acceso al río Uruguay y a la más caudalosas de las 14 bocas por las que desagua el Paraná, ocupa una posición estratégica. Por este motivo ha sido objeto constante de la apetencia del Brasil, quien, si no pudo lograr su dominio efectivo, pese a haber intentado algunas veces su ocupación, [ha triunfado al fin al consignarse en el artículo 45 del Tratado del Río de la Plata firmado por las Repúblicas, Argentina y Oriental del Uruguay en 1973,que la isla sea desmilitarizada, destinada a uso exclusivo de reserva natural, bajo jurisdicción de la República Argentina].


Conclusiones:
·                  El agua promete ser en el siglo XXI lo que fue el petróleo para el siglo XX, el bien precioso que determina la riqueza de las naciones.
·                  El agua es un bien limitado cuya cuantía es probable que disminuya en un futuro próximo como consecuencia del cambio climático en curso. Su racional utilización debe orientarse a garantizar de una manera armónica un desarrollo sostenible y una amplia biodiversidad.
·                  El cambio climático afecta en gran medida a las condiciones meteorológicas, las precipitaciones y a todo el ciclo del agua, como los recursos hídricos superficiales y subterráneos.
·                  El creciente problema de disponibilidad de agua superficial así como el aumento de los niveles de contaminación del agua y de las desviaciones de agua amenazan con entorpecer o incluso interrumpir el desarrollo social y económico en muchas zonas, además de la salud de los ecosistemas.
·                  Los recursos de agua subterránea pueden ayudar a satisfacer la demanda, pero a menudo son víctimas de la sobreexplotación y, en ocasiones, de la contaminación. Es importante controlar mejor el consumo de las aguas subterráneas que no se renuevan.
·                  Algunas prácticas tradicionales, como la recolección del agua de lluvia, se están perfeccionando y combinando con nuevas técnicas como la recarga artificial de agua, la desalinización y la reutilización. Se necesita más apoyo, no sólo para encontrar soluciones técnicas innovadoras que mejoren el suministro, sino también para gestionar la demanda y fomentar la eficiencia en la utilización del agua.
·                  Debido a los crecientes cambios en la disponibilidad de los recursos hídricos, el apoyo político será necesario para recopilar información sobre los recursos hídricos. Esta información permitirá a los responsables de la política tomar mejores decisiones sobre la gestión y utilización del agua.


                                       Bibliografía

Proyecto Acuifero Guaraní:
Los yacimientos de agua subterranea:
A shadow of a lake: Africa's disappearing lake Chad:
Los problemas del agua y la agricultura:
El Estado Mundial de la Agricultura y la Alimentación 1993:
Portal del agua de la UNESCO:
H2O Magazine:
Zonas del mundo con problemas de agua:
Mapa del acuífero Guaraní:
México 2006, IV Foro Mundial del Agua: