lunes, 5 de febrero de 2024



La escenificación de la crianza: Impactos en el desarrollo infantil y consumo.


Introducción:

En la sociedad argentina contemporánea, se ha observado un fenómeno peculiar en la crianza de los niños y niñas. La crianza está siendo representada como una pasarela hacia la fama, donde los infantes crecen bajo el constante enfoque de una cámara manejada por sus propios padres. Esta situación genera múltiples perturbaciones en el desarrollo de los niños, quienes se ven compelidos a escenificar su crianza y sus vidas se convierten en un reality show. Es especialmente preocupante cómo las niñas son involucradas, vistiéndose y comportándose como modelos adultos, y cómo esto afecta su infancia y desarrollo sexual. Además, el constante enfoque en la cámara interrumpe los momentos clave de su crecimiento y afecta el vínculo emocional con sus padres, ya que estos están más preocupados por capturar el momento para compartirlo en las redes sociales que por vivirlo y disfrutarlo.

 

Desarrollo:

La escenificación de la crianza tiene profundas implicancias en el desarrollo infantil y el consumo. Desde una perspectiva sociológica, se pueden relacionar varias teorías y conceptos para comprender este fenómeno. Algunos autores relevantes para abordar esta problemática son Erving Goffman, Jean Baudrillard, Zygmunt Bauman y Judith Butler.

El sociólogo Erving Goffman, en su obra “La presentación de la persona en la vida cotidiana”, plantea que los individuos actúan como si estuvieran en un escenario, interpretando diferentes roles sociales. En el caso de la crianza escenificada, los padres y los niños asumen papeles específicos y actúan frente a la cámara según los estereotipos mediáticos. Esto muestra cómo la crianza se ha convertido en un espectáculo, donde se busca generar una imagen idealizada y superficial.

Jean Baudrillard, en su obra “La sociedad de consumo”, argumenta que en la sociedad contemporánea, la realidad ha sido reemplazada por simulacros y signos. Esto se aplica a la escenificación de la crianza, donde se enfatiza la imagen y la apariencia, relegando la autenticidad y el vínculo emocional genuino con los niños. Los padres están más preocupados por obtener likes y reconocimiento en las redes sociales que por brindar una crianza saludable y amorosa.

Zygmunt Bauman, en su concepto de la “modernidad líquida”, señala cómo las relaciones y los valores se han vuelto volátiles y desechables en la sociedad actual. Esto se refleja en la crianza escenificada, donde se busca la aprobación de los otros a través de las redes sociales, incluso a costa de la privacidad y el bienestar emocional de los niños. El objetivo es generar contenido para compartir, sin tener en cuenta el impacto real en el desarrollo de los infantes.

Por último, la teoría de Judith Butler sobre la performatividad de género es relevante para entender cómo la crianza escenificada afecta a las niñas. Las niñas son vestidas y actuadas como modelos adultos, personificando conductas sexuales antes de tiempo. Esto reproduce estereotipos de género y puede tener consecuencias negativas en su desarrollo sexual y en la construcción de su identidad de género.

 

Conclusión:

El escenario de la crianza actual, marcado por la constante exposición mediática y la representación de los niños como actores en sus propias vidas, tiene graves implicancias en el desarrollo infantil y el consumo. La infancia, un tiempo destinado a la exploración, el aprendizaje y el crecimiento emocional, se ve interrumpida por la necesidad de mantener una imagen, de rendir en un escenario constante. Este fenómeno no solo afecta a los niños, sino también a los padres, quienes ven su rol transformado en el de directores de escena, más preocupados por la apariencia que por el bienestar emocional de sus hijos.

Hacemos un llamado a los padres y a la sociedad en general, para que reconsideren este modelo de crianza. Los niños no son actores, no son modelos, no son productos para el consumo mediático. Son individuos en crecimiento, que necesitan amor, atención y la oportunidad de vivir su infancia plenamente.

Es hora de que dejemos de escenificar la crianza y comencemos a vivirla. De que dejemos de ver a nuestros hijos a través de la lente de una cámara y comencemos a verlos con nuestros propios ojos. De que dejemos de buscar la aprobación de los demás y comencemos a buscar el bienestar de nuestros hijos.

Esperamos que este ensayo sirva como una llamada a la reflexión, un despertar del subconsciente colectivo, para que juntos podamos cambiar este modelo de crianza y permitir a nuestros niños crecer en un ambiente de amor, respeto y autenticidad. Porque cada niño merece una infancia, y cada infancia merece ser vivida, no representada.