INTRODUCCIÓN
El presente trabajo
tiene la finalidad de hacer una aproximación a los desafíos de la Ética en la
actualidad, abordaremos: el Boom de las Cirugías, la Clonación “El Caso de la
Oveja Dolly”, una aproximación a la Responsabilidad Social Empresarial y por
ultimo culminaremos abordando un nuevo fenómeno que nos compete a todos.
“Bigdata”. Las transformaciones que estamos viviendo, tanto a nivel individual
como social, demandan un nuevo sentido de los valores tradicionales, la sociedad
está pidiendo a gritos que palabras como solidaridad, cooperación, igualdad,
fraternidad, libertad que han sido pervertidas por intereses espurios, se
llenen de sentido, de un nuevo sentido, claro, definido, sin ambigüedades ni
tergiversaciones interesadas, un sentido en sintonía a cómo quiere vivir el ser
humano, un sentido que cobre protagonismo a través y desde la educación y la
cultura, que son los referentes indiscutibles de este siglo XXI, e inspirados
por un sentimiento de espiritualidad, pero no en un sentido religioso o místico
del término, sino en el sentido de íntima comunión con la naturaleza.
DESARROLLO
ÉTICA XXI
Hans Küng Presenta un
“Manifiesto por una ética económica global”. No se trata de un documento
conceptual o de una vaga declaración de buenas intenciones, sino de un conjunto
de prescripciones basadas en valores morales compartidos por todas las culturas
y sancionados por la práctica a lo largo de siglos. Constituye para todos un
valioso documento de reflexión esencial acerca de los principios que pueden
hacer que la globalización conduzca al crecimiento sostenido y sostenible y a
la mejora del bienestar del conjunto de los ciudadanos del mundo. En cualquier
caso, la articulación y aplicación efectiva de unos criterios éticos comunmente
aceptados para gestionar este mundo global, exigen una mejora de la gobernanza
global y de las instituciones que la articulan. Mervyn Frost, en su artículo
“Ética y gobernanza global”, propone un esquema para evaluar el carácter más o
menos ético de dichos mecanismos e instituciones, basado en el reconocimiento
recíproco de las normas, deberes, derechos y libertad de los participantes en
todos los ámbitos de gobernanza global.
El progreso científico
y tecnológico es, probablemente, el fenómeno que con mayor fuerza está
moldeando nuestra época. Todos percibimos cómo los límites de lo posible se
están ampliando en la ciencia, en la industria y en la vida de las personas
hasta extremos que hace muy poco tiempo eran impensables. Pero junto con las
enormes oportunidades de esta revolución científica y tecnológica que vivimos,
emerge un gran número de nuevas y difíciles cuestiones éticas. Y en esta
tesitura no sirve la actitud plasmada Necesitamos unos valores y una ética
compartidos para el funcionamiento adecuado del entramado económico, político y
social, y, por tanto, para el bienestar y el desarrollo de todas las
posibilidades de cada ciudadano del mundo 12 2011 B08 ETICA CASTELLANO 001
29/12/11 14:06 Página 12 en la celebérrima cita de Elvin Stakman: “la ciencia
no puede esperar mientras la ética le da alcance y nadie debería esperar que
los científicos piensen en todo por todos”. Necesitamos un enfoque más
constructivo, en la línea de lo que expresó Heinz Pagels: “la ciencia no puede
resolver conflictos morales pero puede ayudar a formular más adecuadamente los
debates sobre los conflictos”.
Internet es,
seguramente, la tecnología más omnipresente y característica de nuestro tiempo.
Su naturaleza genuinamente global, abierta y libre de normas, controles y
poderes transnacionales dota de una especial complejidad a los problemas éticos
que plantea. Robert Schultz propone los principios necesarios para abordar
estos problemas, tanto los del ámbito individual como los de alcance social o
incluso global.
El avance tecnológico y
la globalización están impulsando el crecimiento global a ritmos que
probablemente no se han conocido nunca en la historia. Pero, al tiempo, se
observa cómo ese crecimiento implica una presión creciente sobre el ecosistema
global, que se manifiesta en fenómenos tales como el cambio climático, la
deforestación acelerada, la pérdida de biodiversidad, el deterioro de la calidad
de las aguas, que ponen en peligro la sostenibilidad del planeta. Esa
prosperidad, por otro lado, se reparte de forma desigual: mientras algunas
áreas emergentes son capaces de mantener de forma persistente altos ritmos de
crecimiento económico, otras –como el África subsahariana– se encuentran al
margen de desarrollo, y con niveles de vida cada vez más alejados de los de las
áreas desarrolladas. Incluso dentro de las naciones se está produciendo un
aumento de la desigualdad en la distribución de la riqueza. Sin duda, el avance
científico y tecnológico mejora nuestras capacidades para afrontar todos estos
problemas y, junto con la ampliación de los mercados y el incremento de la
competencia y la eficiencia que la globalización trae consigo suponen una enorme
oportunidad para incrementar de forma sostenida los niveles de prosperidad y
bienestar del conjunto de la población mundial, al tiempo que preservamos el
medioambiente.
Tomás de Aquino
(1226-1274), filósofo y teólogo cristiano, describió que existen tres valores
fundamentales, los valores primarios, “Los Valores del Ser” incluyendo a la
verdad (ciencia), la bondad (ética) y la belleza (estética). El propio Tomás de
Aquino dejó bien claro que además de los valores primarios existen tres valores
secundarios, que son “Los Valores del Tener” que prevalecen en nuestra cultura
globalmente y que se caracterizan por la búsqueda del poder, de la riqueza y
del placer; los que, sin duda, nos involucran a todos de tal manera que “El que
esté libre de pecado, que tire la primera piedra”. En conclusión, pienso que es
importante reflexionar y tratar al menos de asumir la postura correcta. • Ante
el poder legítimo: lealtad. • En los negocios: honestidad. • Frente al placer:
templanza. Necesitamos encontrar el poder de la verdad coherente, la riqueza de
la bondad equitativa y la atracción de la belleza genuina.
Los códigos éticos
imperantes, que dejan de tener sentido y ya no sirven al individuo del siglo
XXI, que tiene acceso a otras culturas, a otras formas de pensamiento, a otras
manifestaciones políticas y religiosas. Esa aceleración en todos los ámbitos de
la vida, y especialmente en el ético, junto con el abuso de los medios de
información, provocan en el individuo una sensación de anarquía moral, todo
vale, se invierten y pervierten los valores tradicionales a través de su uso
mediatizado con fines meramente especulativos y crematísticos. El individuo
percibe la confusión moral, la falta de referentes y criterios, y lo peor de
todo, es que puede acabar instalado y acomodado en esta forma de vivir, de ahí
que se diga que el siglo XXI será ético o no será.
Si queremos una nueva
ética, antes será preciso que sepamos dónde estamos y hacia dónde queremos ir,
de esta forma podremos, no inventar nuevos valores, si es que ello es posible,
sino redefinir los valores que desde que el ser humano tiene conciencia le han
acompañado y que están anclados en lo más profundo de su código genético. El
reto no está en crear una nueva ética, sino en reinventarla, ajustar y
redefinir los valores a las necesidades del ser humano actual y a la sociedad
en la que desarrolla su existencia, redescubrir nuevos aspectos de valores
tradicionales que, como el del respeto a la vida, podrían suponer un cambio
profundo en las estructuras actuales, así por ejemplo, inculcar en las
generaciones venideras el profundo respeto por los demás, como máxima
manifestación de la naturaleza, y por encima de cualquier clase de poder,
supondría liberar a la sociedad del yugo de la guerra, del hambre, de la
destrucción de la naturaleza. Reactivando uno solo de los valores es posible
cambiar el mundo.
CIRUGIAS ESTETICAS.
Para Nietzsche la
sociedad domestica al hombre haciéndolo parte del rebaño, la sociedad está
compuesta de seres alienados que alienan. Solo el hombre libre es propietario
de una voluntad larga e inquebrantable, solo a él le es licito prometer; siendo
esta una medida de valor apropiada para medir la voluntad del hombre.
Sócrates, Platón y
Aristóteles, explicaban la ética como el arte de vivir para lograr la
felicidad. Este concepto se ha mantenido en la historia, y en la actualidad
podemos ampliar esta definición y decir que es la ciencia de la moral y las
obligaciones del hombre, las reglas que rigen la conducta, el actuar
manteniendo los valores culturales, al cual se le denomina “ethos”
El juramento
hipocrático descansaba en los principios de no dañar y de hacer el bien. Desde
la antigüedad griega, con Aristóteles en el plano de la reflexión teórica
acerca de la conducta humana, se ha intentado definir qué es el bien y qué es
el mal. Pero esto no ha resultado fácil, pues cada una de las teorías éticas ha
asumido diferentes posiciones frente a esta definición. Mientras para unos el
bien está vinculado a la felicidad o bienestar de los hombres, para otros está
relacionado con el grado de utilidad, o con el poder, o placer.
En esa época la ética
médica estaba limitada a la relación entre dos personas: el médico y el
paciente. Además, la medicina se ejercía desde la posición del saber y el poder
y esto traía consigo dos actitudes en esta relación: el paternalismo y el
autoritarismo, dejando muy poco espacio al criterio del propio paciente para
decidir sobre su propia salud y vida.
La ética médica se
puede definir como las reglas y principios que rigen la conducta profesional
del médico y que implican una dedicación a valores más elevados que la ganancia
financiera. Es así como existe el Código de Ética Médica, el cual obedece a un
esfuerzo por fortalecer el ethos médico, y este comprende la conducta apropiada
que deben tener médicos con relación a los pacientes, colegas, profesionales
afines y a la sociedad.
Desde el punto de vista
filosófico, la Estética es la rama que estudia el significado de la belleza en
general, la naturaleza del arte y la validez de los juicios sobre la creación
artística, independientemente de la naturaleza de dicha obra de arte, que en
nuestro objeto de estudio sería el ser humano, máxima expresión de la Creación.
El término estética
comienza a ser utilizado por primera vez por Alexander Baumgarten en el año
1750, quien tomó la palabra griega aisthesis, que significa ‘sentido’ y definió
la belleza como: la percepción de la sabiduría que se adquiere a través de los
sentidos, y consecuentemente la estética como la ciencia del conocimiento sensitivo.
Pero Baungarten la consideró una forma confusa e inferior del pensamiento, y es
Kant en 1790 quién reclamó el estatus de la estética a la par de la ética y la
lógica o razón pura. Algo similar vivimos hoy día cuando después de haber
considerado la estética del hombre como lo hizo Baungarten, nos unimos a Kant
para reclamar sus derechos y defender su valor.
Múltiples han sido los
intentos por definir la esencia de lo bello, y desde la antigüedad se elaboran
variadas y serias doctrinas al respecto, que van desde considerar a lo bello
como una manifestación del bien o de la verdad, hasta afirmar que es perfección
sensible o expresiva, pasando por un criterio tan sólido en su argumentación
que lo hace tener muchos seguidores en todos los tiempos: la belleza es
simetría.
Platón es representante
de la concepción que afirma que la belleza es manifestación del bien, entendido
éste como el punto más alto del ser. El bien corresponde a lo que representa el
Sol para los elementos del mundo sensible y elabora una trilogía indisoluble:
justicia, bien y belleza. Toda la concepción platónica se corresponde con el
carácter idealista objetivo de su filosofía.
Una de las más
importantes doctrinas de la belleza fue formulada también en la antigüedad por
Aristóteles y tuvo tal aceptación y desarrollo que, aún en nuestra época,
mantiene su fuerza. La solidez y el argumento de la concepción aristotélica
radican en su tendencia a poner de manifiesto los rasgos objetivos de lo bello.
Según su criterio, lo bello descansa en la armonía, la proporción, la medida.
En su obra El arte de la poesía, escribía: la belleza estriba en la magnitud y
en el orden, en virtud de lo cual un ser excesivamente pequeño no puede llegar
a ser bello ya que su visión, realizada en un tiempo apenas perceptible, acaba
por difuminarse; y tampoco puede llegar a serlo un ser descomunalmente grande,
puesto que su visión no se realiza en un instante, pero su unidad y su conjunto
se pierden al observador.
Según Aristóteles la
belleza radica en la naturaleza del mundo material y se expresa en propiedades
objetivas inherentes a los objetivos concretos, como la proporción, la medida,
la armonía, la simetría, etc. Esta teoría sobre lo bello tiene carácter
naturista.
Además, debemos
reconocer que la categoría de lo bello no es un concepto estático, inmóvil en
el tiempo, sino que cambia históricamente, a la vez que reviste un carácter
clasista. La actitud estética del sujeto hacia el objeto está condicionada por
el medio social, lo que quiere decir que tanto el ideal estético como el
sentido de lo bello van a ser diferentes en los miembros de la sociedad de
acuerdo con su posición dentro de ella, que hará posible su desarrollo
espiritual o por el contrario frenará el desarrollo de sus capacidades
creadoras.
Los orígenes de la
estética se remontan a la prehistoria. La cualidad que se aprecia más en la
mujer y que se toma como símbolo de ésta es la fertilidad. Es en la Biblia
donde encontramos las primeras referencias escritas de la belleza en la
antigüedad. De todos es conocida la mítica belleza de las reinas del antiguo
Egipto y cómo los egipcios embalsamaban a sus faraones.
El deseo de aparecer
normal o estéticamente aceptable es más antiguo que la cirugía plástica. La
ética puritana, que dominaba hasta hace pocos en nuestra cultura y que
desaprobaba el narcisismo, se está derrumbando con rapidez. La popularidad
creciente de la cirugía plástica ha creado, desafortunadamente, una atmósfera
carnavalesca, evidente en las sociedades de consumo donde a través de los
mensajes publicitarios de las televisoras y revistas, en general los medios de
difusión, han creado un patrón de belleza en la sociedad; y muchas mujeres si
no cumplen este patrón de belleza se sienten inconformes con ellas mismas.
Las dos reinas que más
significaron por su belleza y sus secretos de estética fueron Nefertiti y
Cleopatra. De Cleopatra se cuenta que fue la mujer que reunió más secretos
sobre el cuidado de su belleza: sus mascarillas, su maquillaje y sus baños de
leche pasaron a la historia. Grecia fue la civilización de la belleza. Ha sido
tal su influencia en las culturas occidentales posteriores que su cultura y su
arte han configurado el llamado ideal clásico de belleza. La mayor atención la
prestaban al cuidado del cuerpo. Los cánones de belleza griegos no toleraban ni
la grasa ni los senos voluminosos.
En el Imperio Romano la
estética constituyó una auténtica obsesión. Hombres y mujeres atesoraban
fórmulas de cosméticos, se maquillaban, peinaban y depilaban por igual.
La mujer de la Edad
Media soportó las consecuencias de una época caracterizada por la austeridad,
las frecuentes guerras y las grandes epidemias. El cuidado de la belleza
resurge, sin embargo, en los siglos XI al XIII al organizarse en Occidente las
Cruzadas para recuperar los llamados Santos Lugares, entonces en manos de los
musulmanes.
A la Edad Media le
sucede el Renacimiento, época en que los valores estéticos toman un nuevo
impulso, olvidados desde Grecia y Roma. La sensibilidad por el arte, la
filosofía y la cultura en general, adquieren en el Renacimiento una importancia
clave. Es el momento del florecimiento del arte italiano, de los mecenas, de la
concepción filosófica del hombre como hombre-total, sin especializaciones. Este
país se convertirá en el centro europeo de la elegancia. Las nuevas propuestas
de la moda, la belleza y la estética salen de Italia para influir en las cortes
de Europa. Fue precisamente una de sus más íntimas amigas quien instaló en
París el primer Instituto de Belleza.
En el siglo XVIII con la llegada de Catalina de
Medicis a la capital francesa, el centro europeo de la moda y la estética será
hasta nuestros días París. La época dorada de la cosmética se inicia en este
siglo con las más sofisticadas cremas, esencias y aguas. Pero todo cambió con
la Revolución Francesa. Los excesos estéticos de la nobleza desaparecieron con
ella y no fue sino hasta la llegada de Napoleón al poder, y gracias a su esposa
Josefina, que los cuidados de belleza renacieron en Francia. En Josefina se
aúnan su animado carácter criollo con una gran tendencia a la obesidad.
En el siglo XX y XXI,
los acontecimientos históricos, de una parte, y la evolución científica, de la
otra, han marcado los sucesivos cambios estéticos de la mujer. Los cambios sociales han sido apresurados, y
con ellos la moda y la estética, que se han amoldado a cada nuevo período. Lo
que antes se mantenía durante décadas, dura actualmente unos pocos años.
A la eterna necesidad
de belleza en el mundo se han unido la ciencia y un nuevo sistema de vida en el
que es imposible separar la actividad diaria del aspecto personal. Las personas
de hoy en día tienen ante ellas un mundo que nunca antes se hubiera podido
sospechar por el alto grado de tratamientos y conocimientos que posee la
estética actual. Los conocimientos científicos han ayudado y ayudarán
enormemente a mejorar el trabajo de la cosmetóloga.
De una parte, al conocer
más profundamente los orígenes y las causas de muchos problemas del organismo,
es más fácil aplicar tratamientos que los solucionen. Además, los conocimientos
técnicos son, hoy por hoy, imprescindibles en los institutos de belleza, puesto
que resultan fundamentales para la aplicación de todo tipo de tratamientos.
En el mundo actual, la
distribución de los especialistas en cirugía plástica es muy desigual. Al igual
que las riquezas, la proporción varia inmensamente entre cifras extremas; por
ejemplo, mientras que en Brasil y otros
países desarrollados hay 1 cirujano plástico por cada 35 000 habitantes, en
África y Asia apenas llega 1 por cada
500 000. Por otra parte, algunas ciudades se encuentran atiborradas de
especialistas, mientras que en extensas y pobladas zonas rurales no los hay.
En Cuba, la cirugía
plástica, tanto la reconstructiva como la estética, es una especialidad más
dentro del sistema de salud pública, a la cual tienen derecho de forma gratuita
todos los cubanos. Ello pone de manifiesto el carácter justo de nuestra
sociedad, en la que se cumplen cabalmente los principios de la bioética.
En las sociedades de
consumo no todos los principios de la bioética se cumplen en la cirugía
plástica estética, dado que es una especialidad a la cual solo tienen acceso
las personas con un alto poder adquisitivo, lo cual pone de manifiesto la
inequidad existente en dichas sociedades.
Gran parte de los
expertos en ética proviene de la religión. Las reservas éticas del Dr.
Wilmut acerca de la clonación humana se pueden basar también en el criterio
número 3. Por cierto, la clonación humana altera la relación básica entre la
persona clonada y el "padre" (antecesor genético). Cualquier tipo de
utilización extensiva de la clonación violaría la pauta número 4 al crear un
riesgo en el "pool" genético y en la diversidad genética. A nivel de
apreciación personal podría decir que inevitablemente, intervenimos en la
naturaleza con nuestras herramientas y tecnologías. No obstante, deberíamos
respetar la estructura de la naturaleza e ingresar lentamente en un área tan
delicada como la clonación humana.
CLONACIÓN
Desde que la oveja
Dolly vio la luz en 1997 la clonación se ha vuelto materia de eternos debates
éticos y morales. Es que la idea de un clon humano despierta todo tipo de
dilemas, ambigüedades y controversias.
Nick Bostrom, un
filósofo que participa en Lifeboat Foundation y que ha manifestado sus puntos de
vista respecto de la Realidad Simulada, opina que la única razón por la
que la clonación despierta
tanta controversia es porque es algo nuevo. Bostrom destaca cómo la gente se
oponía a la anestesia, los trasplantes y la fertilización in Vitro en los
inicios. Cosas que hoy se dan por sentado y han demostrado ser grandes avances
en la medicina. Según su punto de vista,
para el momento en que el primer clon
humano sea un adulto, los debates morales habrán mermado
notablemente y los detractores se habrán enfocado en alguna nueva cuestión. El
filósofo destaca que todos tendremos una responsabilidad moral de reconocer a un clon como una persona
humana única con la misma dignidad que el resto de nosotros y que en el gran
esquema de las cosas, la clonación no cambiará al mundo. En contraste con la
naturalidad que Bostrom toma a la clonación destaca
otros tipos de tecnologías que sí deberían preocuparnos como armas basadas en
nanotecnología molecular o la ingeniería genética, algo que apoya Robert
Wachbroit. En el reporte "Genetic
Encores: The Ethics of Human Cloning" Wachbroit
defiende la clonación humana respondiendo
a todas las preocupaciones y destaca que es una práctica que flota entre la
fecundación in Vitro y la ingeniería genética. Robert desestima que la
clonación esté cerca de la ingeniería genética ya
que el proceso implica trasplantar un núcleo completo y no genes específicos.
Para él, es la manipulación de
genes para obtener rasgos específicos perfectos lo que realmente
debería preocuparnos antes que una simple y no manipulada clonación. Un clon
daría a luz a una persona
individual con un ADN existente, la manipulación genética gestaría
una elite de personas que marcarían enormes diferencias con el resto de la
humanidad.
RSE
Las empresas no son
parte de los problemas del mundo. Al contrario, tienen que ser un elemento
esencial para su solución. En el siglo XXI, la empresa tiene que ser
responsable; debe responder a las demandas legítimas de su entorno, asumir
compromisos con las sociedades en las que está presente. Y tiene dos motivos
muy importantes para hacerlo: la convicción y su propio interés. La convicción,
porque la ética y los valores positivos deben constituir el núcleo de su
cultura corporativa. Y el interés, porque las empresas afrontan una sociedad
cada vez más informada y exigente; y necesitan, por tanto, mayor legitimidad
para desarrollar con éxito su actividad en el medio y largo plazo. Por otra
parte, una sociedad más próspera y estable es, al mismo tiempo, una condición y
un resultado del buen desarrollo de las empresas.
Félix Campoverde Vélez, Capacitador empresarial,
catedrático de la Universidad Espíritu Santo UEES (Ecuador) sostiene que las
empresas no siempre quiebran por falta de recursos sino por su administración
frente a los clientes, los colaboradores, la comunidad y el estado.
James Austin, profesor
de la Escuela de Negocios de Harvard, asegura en un que “la creciente
importancia de la dimensión social de la empresa es uno de los cambios
recientes de mayor impacto. Se podría pensar en una evolución de las empresas.
Las encuestas indican que las poblaciones en todo el mundo esperan que las
empresas contribuyan a la solución de problemas sociales. Esta presión y el
descubrimiento de que las inversiones en el campo social son rentables,
condujeron a una nueva etapa, en la cual lo social y lo económico se integran
en la búsqueda de la sostenibilidad”.
La RSE, ocupa el
espacio entre los requerimientos legales, por una parte, y las expectativas
sociales sobre el rol de las empresas en la sociedad, por la otra, y en la
medida que los clientes actuales y potenciales tienen en cuenta la
responsabilidad social con que actúan las empresas donde efectúan las compras,
aquella se convierte en una fuente de ventajas competitivas para las compañías
que cubren la distancia entre la ley y las expectativas, o bien en una debilidad
para las que no lo hacen.
La globalización ha
contribuido al despertar de la conciencia de muchos consumidores quienes, a la
hora de elegir productos o servicios, valoran a las empresas que muestran
públicamente su interés por los asuntos ambientales y sociales. Dentro de esta
tendencia, hay ya muchos inversores que no usan exclusivamente criterios
financieros para evaluar una acción, sino también la imagen pública de la
correspondiente corporación o marca.
La RSE, orienta al
desarrollo de empresas comprometidas con la sociedad, mediante la
competitividad y productividad, que no sólo tiene en cuenta los resultados,
sino también la forma de obtenerlos, que se materializa en la reputación, en la
confianza que generan y, en definitivamente, en la percepción exterior acerca
del atractivo de la compañía y por añadidura, del país en el que opera.
La RSE implica hacer
negocios de forma ética y sustentable con la capacidad de gestión y de valores
éticos inherentes en el proceso productivo, administrativo, de comercialización
y con la comunidad, para ellos es necesario tomarse en cuenta los elementos
indispensable de la RSE en cuanto la administración control de la información
tener en cuenta: a) la transparencia; b) el acceso con fluidez e integridad; c)
la rendición de cuentas, el balance social, y mapeo de los riesgos, ya que sin
esto elementos, es imposible ser competitivo.
BIGDATA
Big Data es un término
que describe el gran volumen de datos, tanto estructurados como no
estructurados, que inundan los negocios cada día. Pero no es la cantidad de
datos lo que es importante. Lo que importa con el Big Data es lo que las
organizaciones hacen con los datos. Big Data se puede analizar para obtener
ideas que conduzcan a mejores decisiones y movimientos de negocios estratégicos.
Las estructuras
sociales que comienzan a manifestarse a partir de la gestión, disponibilidad y
uso de los big data hacen emerger conflictos éticos en muchos casos heredados
de la ética de los negocios, aunque ahora esta se vea superada por las circunstancias
en las que operan la generación y gestión masiva de datos. Business ethics es
una disciplina que lleva décadas de ventaja en la resolución del conflicto
sobre si se deben confiar las decisiones éticas que afectan a la empresa, y al
resto de sus grupos de interés, únicamente a los criterios morales de sus
directivos y/o empleados o si la empresa debe desarrollar una cultura ética
específica que asista en la toma de decisiones. En la medida en que almacenar,
gestionar y utilizar datos (en muchos casos con fines lucrativos) plantea
renovados problemas relacionados con la privacidad, la propiedad, la identidad,
la confianza o la reputación, ya no es posible eludir los componentes éticos de
esta novísima acción humana relacionada con los datos. Estamos ante nuevos
escenarios que obligan a pensar la ética de una manera necesariamente
revolucionaria, un pensamiento moral que ponga en crisis la ética aplicada tal
y como la venimos entendiendo desde la eclosión de la business ethics, esto es,
como una disciplina diferenciada de la actividad propia de la empresa o de las
organizaciones en vez de ser parte integral de estas.
La ciberética se ocupa
de analizar los modos en los que internet está condicionando la comunicación
social entre individuos y organizaciones. En esta podría incluirse, por tanto,
la ética de las redes sociales, la ética de la IoT e incluso la ética aplicada
a la robótica. Capurro y otros (2013) han identificado unos valores que operan
de manera positiva en este campo, como la libertad de expresión o el desarrollo
de procesos democráticos participativos, y otros negativos, como la vigilancia
masiva y el control que pueden llevar a la exclusión o la censura. Estos
autores conciben la ciberética como una Teoría sobre la libertad en el medio digital.
La ética de la
computación comparte espacios con la ciberética, en cuanto que se ocupa de la
tecnología que se emplea para la recopilación, la gestión y el tratamiento de
los datos, pero sin ceñirse a internet, es decir, se ocupa de los problemas éticos
que surgen en el desarrollo y la utilización de herramientas computacionales en
todos los ámbitos de la sociedad.
La ética de la
información en investigación biomédica, como parte de la bioética, sería
aquella que se ocupa de analizar la interacción entre seres vivos y técnicas
digitales.
La ética aplicada a la
IoT puede considerarse como una ética de ámbito profesional en la medida en que
se ocupa esencialmente de la responsabilidad de determinados grupos de
expertos, pero también tiene una parte de ética empresarial porque dichos
expertos trabajan en corporaciones de ámbito privado o público que deben
desarrollar un determinada cultura ética que les permita tomar decisiones
orientadas hacia el interés general de la sociedad o bien común; del mismo modo,
vertebrar eficazmente una ética cívica en un contexto de interacción
intercultural, fragmentación social y exclusión ayudará a una reformulación de
qué pueda ser ese bien común, en cuanto que ha de interpretar los desafíos y
exigencias actuales atendiendo, entre otros, a la expansión y la consolidación
de la racionalidad científica y tecnológica a escala mundial, con la
explotación de los recursos naturales, o con la pluralidad de identidades
religiosas e ideológicas. Pero en ella operan necesariamente, además, problemas
y reflexiones propios de la ética de los sistemas de información, es decir,
aquella que tiene por objeto la representación, organización, clasificación,
recuperación, disponibilidad, preservación, circulación y uso de la información
en relación con el medio digital.
Hannah Arendt, en La Condición
Humana (1958) estableció: Todo lo que aparece en público puede ser visto u oído
por todos y, por otra parte, el mundo mismo en cuanto es común a todos y
distinto del espacio que cada uno de nosotros ocupa privadamente. Por esto
entendemos que lo común es el lugar de lo que no es propio, es decir, el lugar
de las relaciones interpersonales, que no es sino el espacio natural de la
ética.
CONCLUSIÓN
FINAL
La aceleración en todos
los ámbitos de la vida y especialmente en el ético junto con el abuso de los
medios de información, han provocado en el individuo una sensación de anarquía moral. Las
transformaciones que estamos viviendo, tanto a nivel individual como social,
demandan un nuevo sentido de los valores tradicionales. La violencia social va
en aumento los individuos piden a gritos: solidaridad, cooperación, igualdad,
fraternidad y libertad.
En necesario que la sociedad preste atención a los valores y acciones que nos
llevan a poner el bien común por encima de los intereses particulares, debemos
fortalecer la calidad de vida social y ecológica, cultivar la dimensión
espiritual que nos humaniza, para construir una paz con raíces profundas. El
compromiso ético de la ciudadanía con la paz es, una condición indispensable
para que la paz verdadera sea posible.
FUENTES
2. El
exitoso camino de la ética:
3. La
ética de la vida en la sociedad actual (F.León)
4. Filosofía
La existencia es la aventura de su propia imposibilidad
5. Algunas
consideraciones éticas sobre la cirugía plástica Centro Internacional de
Restauración Neurológica (CIREN)
6. Ética
para el Siglo XXI
7. Nueva
Ética para el Siglo XXI
8. Ética
en el siglo XXI. ¿Es acaso una obsolescencia?
9. Considerando
detalladamente la Ética de la Clonación Dr. James F. Drane
10. Clonación:
Ética y moral
11. Ética
como fundamento de la Responsabilidad Social Empresarial
12. Ética posmodernidad:
13. Ética
y big data
14. Desafios
éticos del Big data
15. Dr.
Tomás Antonio Catapulto Copia
17. Valores
y Ética para el siglo XXI, Banco Frances:
18. Compendio de Historia de
la Revolución Francesa, Albert Soboul.