Cambios
en el Mundo Árabe
Introducción:
En el presente trabajo partimos
analizando el factor de la “Primavera Árabe” como un escenario base proporcionando un mapa mental que nos ayude a
entender la situación actual, bajo el contexto en el que se desarrolló continuando
con el verano árabe fomentado por un ideal esperanzador que finalmente no
resulto tal a lo que se esperaba y desencadeno una suerte de profundización de
aislamiento internacional y mayor restricciones de las libertades durante el
“Invierno Árabe”
Cuáles son los cambios
que se han efectuado?
Hacia dónde va el
Mundo Árabe?
·
La “Primavera Árabe” Se caracterizo por la ruptura con patrones de comportamientos
sociales, políticos tradicionales y la búsqueda de soluciones a los problemas
de gobernanza, libertad y desarrollo.
Tuvo su punto de inflexión en el surgimiento de nuevas élites
que comenzaron a competir con las anteriores por liderar la transición,
redistribuir el poder y los recursos disponibles en donde se desarrolla una narrativa propia que distancia su
identidad de los anteriores dirigentes para conseguir legitimación y
representatividad del poder e influir en los cambios futuros.
·
Durante el “verano
árabe” hay una evolución del
escenario base en el que se han introducido y puesto en marcha los cambios
anunciados.
Influyen positivamente
en las tendencias estructurales conteniendo el deterioro económico, reduciendo
el malestar social, facilitando la emergencia de nuevas élites, adoptando
modelo de desarrollo y prioridades de gobierno sostenibles y fomentando la
pluralidad y tolerancia de los medios de información.
·
El “invierno árabe”, corresponde a una evolución de
estancamiento o de retroceso en los cambios que llevó a las tendencias
estructurales a agudizar el deterioro económico, reavivar el malestar social,
marginar a los actores alternativos, adoptar un modelo de desarrollo y
gobernanza poco viables o restringir la tolerancia y pluralidad de los medios
de información.
Desarrollo:
La primavera árabe empezó en
Irán en junio de 2009. Es decir, la Primavera árabe tuvo un comienzo nada árabe, con el
Movimiento Verde iraní y lo que se llamó la Revolución
del twitter de los
jóvenes iraníes. Muchos consideran que el Movimiento Cívico Iraní de esas
fechas constituyó un momento crucial en la historia moderna de Irán. Al
principio, las revueltas nacieron para protestar por la manipulación de las
elecciones presidenciales y la reelección de Mahmud Ahmadineyad, pero pronto se
convirtieron en una lucha masiva en favor de las libertades civiles y la
expulsión del régimen teocrático de Irán. Las manifestaciones no fueron solo
una forma de reaccionar contra unos resultados electorales injustos, sino que
tenían sus raíces en años de frustraciones, insatisfacción e ira acumuladas
contra el Gobierno represor de la República Islámica.
Los cambios ocurridos en
Túnez, primero, y en Egipto después, se fueron repitiendo luego en otros países
árabes: en algunos con mayor virulencia como en Libia, Bahrein, Siria y Yemen,
y en otros con menor intensidad.
A la hora de la verdad, lo que diferencia la
situación iraní de los casos de Túnez y Egipto es el hecho de que el régimen
iraní cuenta con una base ideológica, mientras que, tanto en el régimen de
Túnez como en el de Egipto, la ideología era muy débil o incluso inexistente.
Ben Ali y Hosni Mubarak, además de ser los auténticos centros de poder,
representaban la propia identidad de los regímenes de sus respectivos países,
por lo que las protestas tenían un blanco muy claro y preciso.
En Irán, el Líder Supremo, Ali Jamenei, es
una figura muy poderosa, pero no es indispensable para el régimen, que es una
especie de “oligarquía plural”, con varios actores y centros de toma de
decisiones políticas y económicas. También existen otras diferencias. En primer
lugar, el régimen iraní es más implacable y sistemático en la represión de sus
opositores de lo que jamás lo fueran los regímenes de Ben Ali y Mubarak. En
segundo lugar, gran parte de su atractivo internacional procede del hecho de
que es una respuesta islámica digna a los regímenes corruptos de la región. Y,
por último, la Marea Verde de 2009 en Irán era un movimiento político que no
exigía más que reformas democráticas. En Egipto, por el contrario, las
protestas no fueron exclusivamente de tipo político, y los ciudadanos que
abarrotaron la plaza de Tahrir reclamaban asimismo derechos sociales y
económicos, mientras los obreros organizaban huelgas en todo el país para
acompañar las protestas. También hubo, tanto en Túnez como en Egipto, un
recurso muy explícito al problema de la corrupción en los llamamientos y las
movilizaciones, y no así en Irán, a pesar de que el régimen iraní no se queda
atrás en ese aspecto. Todos estos elementos hacen pensar que las protestas y
revueltas iraníes, aunque forman ya una corriente irreversible, tardarán mucho
más en dar fruto y sufrirán muchas más penalidades.
En Egipto y Túnez en el año 2011, podemos
decir que las revueltas en esos dos países triunfaron porque en ambos casos las
fuerzas armadas tomaron la decisión de no compartir la suerte de sus
respectivos dictadores y se negaron a disparar contra la gente. En cambio, el
Movimiento Verde estaba muy limitado desde el punto de vista táctico cuando se
encontraba frente a frente con la terrible violencia del Estado islámico, y las
manifestaciones callejeras acabaron siendo la principal arma del movimiento.
Muchos observadores opinan que el Movimiento
Verde perdió su unidad y su impulso debido a las violentas represalias
ejercidas por el régimen iraní. Otros dicen que el Movimiento Verde tenía la
capacidad y la posibilidad de conseguir lo que deseara y que, si se contuvo y,
al final, se quedó sin alcanzar los objetivos, fue por culpa de lo que era su
punto más débil: su dirección.
Hoy es imposible hablar de Irán sin mencionar
Egipto, Túnez y los demás países musulmanes en los que soplan vientos de
cambio. Sin embargo, aunque las demandas de democracia sean las mismas, las
vías para alcanzarla serán muy distintas. En Egipto y Túnez, la expulsión de
los dictadores y la celebración de elecciones libres fueron las señales de que
había llegado el “comienzo de la política”. En Irán, por el contrario, la
política no comenzará con el fin de los dictadores, sino que será la propia
política la que conduzca a esa meta. Como ya se ha hecho, Egipto fue un sprint,
mientras que Irán será una maratón.
La muerte de Mohamed Bouazizi, quien se
convirtió en un mártir para las multitudes tunecinas que causaron la caída del
autoritario presidente Zine al-Abidine Ben Ali, generó otras protestas que han
desatado un terremoto político en Oriente Medio.
En el informe, titulado Año de rebelión: El
estado de los derechos humanos en Oriente Medio y el Norte de África, la
organización Amnistía
Internacional manifiesta que “Salvo
escasas excepciones, los gobiernos
se han negado a reconocer que todo ha cambiado”, “Los movimientos de
protesta de toda la región, encabezados en muchos casos por jóvenes y en los
que las mujeres ocuparon un lugar central, han demostrado una asombrosa
resistencia ante una represión en ocasiones alarmante”.
“Los persistentes intentos de los Estados de
ofrecer cambios superficiales, de dar marcha atrás a los logros alcanzados por
los manifestantes o, simplemente, de someter a su población mediante la
brutalidad revela que, para muchos
gobiernos, el objetivo sigue siendo la supervivencia del régimen”.
Pese al enorme optimismo que se vivió en el Norte de
África con el derrocamiento de los gobernantes que, durante tanto tiempo,
habían ocupado el poder en Túnez, Egipto y Libia, Amnistía Internacional afirma
que estos avances aún no se han afianzado mediante reformas institucionales
clave que garanticen que ese tipo de abusos no se repita.
Cambios individuales y regionales.
Cambios Individuales:
Túnez:
Tras prometer reformas y elecciones, Ben Ali huyó a Arabia Saudita
después de 23 años en el gobierno. Días de enfrentamientos -durante los cuales
Naciones Unidas dijo que murieron 147 personas- llevaron a su derrocamiento el
14 de enero. Mohamed Ghannouchi, primer ministro bajo Ben Ali desde 1999, ahora
encabeza un Gobierno interino.
Ghannouchi designó figuras
de la oposición para formar una coalición de unidad nacional, pero después de
protestas más violentas, purgó al nuevo gabinete de la mayoría de los miembros
restantes del régimen de Ben Ali.
Egipto:
Un millón de personas en todo Egipto pidieron la renuncia de Mubarak. En
una emisión televisiva, el presidente anunció que no volvería a presentarse
cuando termine su mandato en septiembre y que trabajaría para cambiar cláusulas
de la constitución que hacen casi imposible presentar un desafío realista al
candidato presidencial nominado por su partido gobernante.
El presidente del Parlamento
dijo también que quería que las reformas constitucionales prometidas se
completen en menos de 10 semanas. Pero líderes opositores dijeron que Mubarak
debe irse de inmediato.
Mubarak designo un nuevo
gobierno y un vicepresidente, un cargo que no se utilizaba desde que llegó a la
presidencia tras el asesinato en 1981 de Anwar Sadat.
Yemen:
El presidente de Yemen, Ali Abdullah Saleh, un aliado clave de Estados
Unidos contra Al Qaeda, dijo que no buscaría extender su presidencia en una
medida que terminaría su gobierno de tres décadas cuando expire su actual
mandato en 2013.
Considerando las protestas
que afectan la región, Saleh también prometió no pasar su Gobierno a su hijo.
Apeló a la oposición para frenar nuevas protestas.
Saleh prometió elecciones
directas de gobernadores provinciales y también acordó reabrir el registro de
votantes para comicios previstos para abril tras quejas de la oposición de que
cerca de 1,5 millones de yemeníes no pudieron inscribirse.
Jordania:
El rey Abdullah de Jordania, estrecho aliado de Estados Unidos,
reemplazó a su primer ministro después de protestas, pero la oposición islámica
desestimó la medida como insuficiente.
El rey solicitó a Marouf
Bakhit, un ex primer ministro conservador, que encabece un nuevo Gobierno luego
de aceptar la renuncia de Samir Rifai, cuyo alejamiento fue exigido en una
serie de protestas en todo el país. También pidió al nuevo Gobierno medidas
prácticas, veloces y tangibles para poner en marcha un camino de reforma
política.
Islamistas, izquierdistas y
sindicalistas se habían manifestado en Ammán el 28 de enero para exigir mayores
libertades. Una multitud de al menos 3.000 cantaba: "Queremos
cambio".
Las pancartas mostraban un
rango más amplio de quejas que los altos precios de alimentos que impulsaron
las protestas anteriores e incluían exigencias de elecciones libres y la
renuncia del gobierno de Rifai y un Parlamento representativo.
Jordania ya ha anunciado un
paquete de 225 millones de dólares de reducciones de los precios de algunos
tipos de combustible y alimentos básicos como azúcar y arroz. Rifai también
había anunciado aumentos salariales a los empleados públicos y a los militares
como intento de restaurar la calma.
Argelia:
Varias ciudades argelinas incluyendo la capital sufrieron días de
disturbios en enero, provocados por un salto de los precios de alimentos. Dos
personas murieron y cientos fueron heridas durante los enfrentamientos, dijeron
funcionarios. Al menos cuatro hombres se inmolaron en localidades provinciales.
Para calmar la situación,
Argelia redujo el costo de algunos alimentos básicos y aumentó en 18% la
cantidad de trigo blando que suministra al mercado local todos los meses.
Arabia Saudíta:
El gobierno anunció
en 2011 grandes partidas de gasto, en lo que parecía un intento de impedir la
propagación de las protestas. Pese a ello –y pese a la redacción de una
represiva ley antiterrorista–, las protestas continuaron al terminar el año, en
especial en la región oriental del país.
Libia:
Pese a que el Consejo Nacional de Transición pidió a sus
partidarios que evitaran los ataques de represalia, los graves abusos cometidos
por las fuerzas contrarias a Gadafi rara vez se han condenado. En noviembre, la
ONU manifestó que, según estimaciones, 7.000 detenidos permanecían recluidos en
centros improvisados bajo el control de las brigadas revolucionarias, sin
perspectivas de ser sometidos a un proceso judicial adecuado.
Bahréin:
Se confiaba en que la publicación, en noviembre, de un
informe independiente elaborado por expertos internacionales sobre los abusos
relacionados con las protestas supusiera un nuevo comienzo para el país. Al
concluir el año, aún estaba por ver la solidez del compromiso del gobierno
respecto a aplicar las amplias recomendaciones.
Irán:
Cuya política interior pasó en gran medida desapercibida
durante 2011, el gobierno siguió acallando la disidencia, endureciendo las
restricciones a la libertad de información y tomando como blanco específico a
periodistas, blogueros, sindicalistas independientes y activistas políticos.
Cambios Regionales:
Mohamed Bouazizi,
un hombre joven se inmoló a mediados de diciembre porque la policía confiscó su
carrito de comestibles en Túnez, las protestas de los tunecinos causaron la
caída del autoritario presidente Zine al-Abidine Ben Ali, y se desarrollo un
terremoto político en Oriente Medio dando lugar a los siguientes cambios:
Deterioro macroeconómico
1. Tensiones
macroeconómicas
2. Credibilidad de la
política económica
3. Evolución de los
precios alimentarios y energéticos
4. Demandas de gasto
social
5. Financiación
externa
A pesar de los progresos en
la liberalización económica hacia un marco de estabilidad macroeconómica, los
países árabes, especialmente los no productores de hidrocarburos afrontan a
corto plazo fuertes tensiones macroeconómicas en el plano exterior (balanza de
pagos) e interior (equilibrio presupuestario e inflación) que pueden aumentar
la inestabilidad macroeconómica y dañar el crecimiento.
Hay un menor margen de
maniobra para la política económica debido a la caída del turismo han
disminuido las remesas y la inversión extranjera directa; aumento la salida de
capitales y la volatilidad de los mercados bursátiles domésticos; hay aumento
de la deuda externa; seguido por el empeoramiento de la balanza comercial y subida de precios de los productos básicos
que agitan las demandas sociales.
Actitud social
1. Marginación y
represión
2. Bajas expectativas
de futuro
3. Desigualdad y
corrupción
La falta de expectativas de
futuro entre la población juvenil los coloca en la vanguardia de las
movilizaciones. El mayor o menor desfasaje entre las expectativas y los
resultados de los cambios fomentará o aliviará el malestar social.
La gente quiere recuperar
derechos y libertades (dignidad y respeto)
Cambio de élites políticas,
sociales y económicas
1. Elecciones
2. Cambios sociales y
culturales
3. Apertura económica
4. Cambio de
relaciones con los actores regionales y globales
Hubo cambios
electorales, económicos y sociales que facilitan la participación de nuevos
actores que tienen que competir con los actores tradicionales por redefinir las
nuevas políticas y valores. El desplazamiento de los entramados de exclusión,
corrupción y privilegios potencia la emergencia de nuevas élites con sus propias
visiones de los valores y modelos de estado, democracia, laicismo u otros
aspectos de su propia identidad. El relevo afectará a la relación de los nuevos
gobiernos con sus interlocutores regionales e internacionales, modificando las
relaciones tradicionales.
Seguridad en transición
1. Cambio de modelo
2. Reforma del sector
de la seguridad
3. Interacción con el
contexto estratégico regional y global
El paso de un modelo
de seguridad basado en la represión y la lealtad personal a otro subordinado al
poder civil y al estado de derecho debilita las estructuras de seguridad
mientras dura el proceso de transición. A corto plazo, la transición desde los
aparatos de seguridad antiguos hacia los nuevos creará espacios de inseguridad
ya que la reconversión precisa tiempo y medios materiales y técnicos y los
grupos criminales, insurgentes o terroristas pueden aprovechar la debilidad de
las nuevas instituciones. La transición depende fundamentalmente de los actores
árabes pero es sensible a los cambios en el contexto estratégico regional y
global.
Cambios de modelos de
gobernanza y desarrollo
1. Déficit de
gobernanza
2. Pobreza y
desarrollo
3. La dificultosa
inmigración
4. La cooperación
regional e internacional
Los países árabes
afrontarán a corto plazo cambios para mejorar el buen gobierno de sus
poblaciones. Para legitimarse, los cambios deben dar prioridad al desarrollo
económico que alivie el paro, la pobreza y la falta de expectativas que
contribuyen al malestar social. Con niveles de desarrollo que cambian de un
país a otro, estos países precisan mejorar la riqueza disponible y el sistema
de redistribución para hacer frente al desafío de sus poblaciones jóvenes, la
creciente urbanización y el declive de la inmigración como vía individual y
social al desarrollo. Simultáneamente, y para poder mejorar los servicios que
prestan a los ciudadanos, necesitarán realizar cambios estructurales en sus
formas de gobierno que no se pueden improvisar a corto plazo, además de
consumir ingentes recursos materiales. La cooperación regional e internacional
puede ayudar a realizar los cambios necesarios pero dispone de recursos
limitados y no puede imponer transformaciones no deseadas. Como resultado, es
previsible que a corto
Influencia de los flujos y
medios de información
1. Creciente acceso a
información y comunicación exterior
2. Reforma de los
medios tradicionales
La influencia de los
medios de información y comunicación social en las movilizaciones que
condujeron a los cambios en los países árabes se explica por la escasez y falta
de credibilidad de los medios locales. En su defecto, el activismo árabe se
nutrió del medio y los mensajes de las redes sociales y de las cadenas árabes
trasnacionales para convocar las manifestaciones físicas y para trasladar al
exterior la situación sobre el terreno. La participación virtual y el activismo
en redes presentan una realidad alternativa a la oficial que afecta al proceso
de decisiones a corto plazo y a los valores culturales a largo plazo. Ya que la
mayoría de las poblaciones todavía es ajena a su uso, el desafío de los
gobiernos es garantizar el acceso a esos medios mientras fomenta la libertad y credibilidad
de los medios más populares como la radio o la televisión para asegurar la
pluralidad de fuentes de información.
Conclusión:
Los cambios se
han logrado en
gran medida por los esfuerzos de la gente corriente que se ha echado a las
calles, no por la
influencia y la implicación de potencias extranjeras pero hasta que no se produzca
un acomodo entre Fe y Razón, no habrá manera de que estas sociedades
avancen hacia la modernidad y estaremos cada día más cerca frente a Una
nueva inquisición
Por mayores que sean las
intervenciones del presidente Obama y de los otros líderes Occidentales, al no
haber una previa cultura democrática en los países árabes será muy difícil de
sostener el intento de democratización que han impulsado las reformas.
Fuentes:
1.
Cambios en el mundo árabe y sus repercusiones para España. Análisis de
escenarios (DT)
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Félix Arteaga, con la colaboración del Observatorio Crisis en el
Mundo Árabe
DT 14/2011 - 26/07/2011
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2.
Amnistía Internacional
3. El Pais.com
RAMIN JAHANBEGLOO
4.
ipsnoticias.net
La primera flor de la
Primavera Árabe pierde vigor
http://ipsnoticias.net/nota.asp?idnews=98924